Revista Cultura y Ocio

Reseña | Cartas cruzadas - Markus Zusak

Publicado el 19 marzo 2015 por Luaryai
Reseña | Cartas cruzadas - Markus ZusakNombre original: The messengerAutor: Markus ZusakPáginas: 384Editorial: Lumen
Sinopsis:Ed Kennedy es un chico cualquiera en un suburbio cualquiera de una gran ciudad. Vive en un apartamento maltrecho en compañía de su perro y se gana el sueldo como taxista. Le acompaña una pandilla de amigos que poco o nada le piden a la vida, pero de repente algo pasa y Ed tendrá una misión que cumplir.Día tras día, noche tras noche, el joven irá descubriendo que el afecto, la amistad y el amor no son palabras huecas sino verbos vivos: si quieres saber, pregunta; si pretendes ayudar, actúa; si quieres cambiar, no esperes. A menudo, son los pequeños gestos los que mueven el mundo y Markus Zusak nos demuestra que cada uno de nosotros, incluso un chico cualquiera en un suburbio cualquiera, puede dar el primer paso.

Tuve mi segunda clase de filosofía el otro día (jueves 12) y estuvimos hablando de un filosofo que se llamaba Immanuel Kant. Dicho personaje jamás nunca en la vida salió de su pueblo, el tenía una particular e inquebrantable rutina. Se levantaba a cierta hora, salía de su casa y tomaba todos los días el mismo camino para ir y volver a su trabajo. Cuando las personas no sabían que hora era, veían a Kant y tenían una idea, pues él nunca iba atrasado ni tampoco adelantado. Ed Kennedy no aspira a ser un famoso filosofo de nuestro siglo, él solo estaba en el momento y lugar equivocado. ¿Por qué entonces, Azul, nos introduces el libro de esta forma? no podría decirlo con exactitud, pero me pareció un dato interesante.
Ed es un taxista menor de edad, vive solo, su madre lo odia, sus hermanos son profesionales y lee más de lo que debería. Juega cartas con sus amigos, Marv, Ritchie y Audrey, de quien, por cierto, ha estado enamorado desde hace muchos años. Su padre murió unos meses atrás y él se ha quedado con la custodia de Doorman, un apestoso perro al que le fascina el café. 
No es gran cosa, pero supongo que es cierto eso de que las grandes cosas no son más que pequeñas cosas en las que uno se fija. 
No todos los días somos amenazados de muerte, y tampoco todos los días vemos como un ladrón fracasa intentando robar un banco de la forma más patética posible, pero hay una primera vez para todo. Realmente si había un qué en mencionar a Kant, y aunque es una comparación pobre, ambos vivían de rutinas. Ed, por supuesto, no iba a verse original haciendo eso, solo mediocre. Pero aquel día su vida comenzaría a cambiar, pues había detenido al ladrón de huir con el dinero del banco y se había transformado en el momentáneo héroe de la ciudad. Pero un gran poder conlleva una gran responsabilidad, dijo Spiderman. Como testigo debe ir al juicio del asaltante y este le amenaza, dejandole a nuestro protagonista una sensación de intranquilidad.
Un día, sin embargo, lejos de parecer inofensivo, recibe un naipe.Un As, específicamente, que trae tres direcciones y la insinuación de que su deber es ir hacia ellas.
Es una experiencia increíble, desde el comienzo, que parte de manera simpática y curiosamente abrupta. Tenemos a este chico, Ed, de 19 años, un completo fracaso en la vida y el amor, pero vive con eso y no le pesa demasiado. Cuando decide responder al llamado del primer As (en orden) y visita el lugar, de inmediato entiende que hacer, pero se siente imposibilitado para actuar. ¿Quién elegiría a ese sujeto tan increíblemente común y corriente para actuar de superhéroe? y aquí comienza nuestra historia.
Me demoré bastante, más de lo que esperaba porque es un agrado total leer el libro, pero creo que para ser la primera vez fue una buena decisión (aunque era más involuntario que otra cosa). Es algo para pensar, mucho. El desarrollo de los párrafos es peculiar, tiene muchos puntos apartes y el narrador (Ed) plasma todo lo que se le pasa por la mente cuando está contando su historia, así que de alguna manera los capítulos se hacen cortísimos. Cada frase, cada oración, se me hacía la cosa más obvia del mundo, pero de alguna forma son detalles con los que vivimos a diario y a los que decidimos prestarle menos atención. Y de eso va un poco, de aquellas situaciones que ocurren en nuestras narices e ignoramos, entre otras tantas muchas más.
—¿Por qué yo? —le pregunto a Dios.Dios no responde.Me río y las estrellas me observan.Me gusta estar vivo. 
No sé bien como expresar lo que me pasó con este libro, porque es de algún modo bastante sencillo, pero también resultaba profundo. Al menos eso fue para mí. Me transmitió una sensación de serenidad, de alegría, emotividad y orgullo. Es una lectura definitivamente no triste, y aunque por las últimas páginas me puse medio sentimental, es, creo yo, algo más personal.
No recomendaré el libro en esta ocasión, es esa clase de historias que debes recomendar a gente que conozcas (sí, me llegó cuatico) pero aconsejaré a aquellos que desean aventurarse leerlo con calma, o sea, sentarse y leerlo, con una taza de té, escuchando a música, que se yo; leerlo en serio. No siento que me haya cambiado la vida, pero el mensajero entrega un mensaje importante, que sabemos y que siempre está presente, pero a veces necesitamos recordarlo.
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