He de confesar que antes del visionado de esta película no tenía conocimiento previo sobre ella, pero con sólo ver la carátula me dieron ganas de echarla un vistazo. ¿No os parece? Una avioneta, en medio de una tormenta, y unos tentáculos de un bicho intentando darle caza. La cosa prometía bien. Altitude nos pone en el pellejo de unos chavalillos que hacen un viaje aéreo a no se sabe dónde (algo dicen de un concierto, pero vamos, a donde vayan nos la trae floja). Los personajes se ciñen a los típicos perfiles de películas de terror adolescente. A saber: las dos pibas buenorras (¿por qué siempre están bien buenas?), el típico guaperas retrasado mental que se aplasta latas en la cabeza y que deseamos que muera el primero por inaguantable (el hecho de que rompa una página de un comic fue suficiente para provocar la ira de muchos aficionados al noveno arte), el emo que reprime sus sentimientos y llora lágrimas de sangre, y el chaval que roza la rareza por su timidez y gusto de los comics. Como ya he comentado, todos ellos se montan en una avioneta pilotada por una de las guapas y se lía parda cuando se meten en una tormenta de dimensiones colosales que esconde una bonita sorpresa dentro.
Lo cierto es que los primeros cuarenta minutos de la película están bastante bien conseguidos (sin contar la actuación de los chavales, que quizás deja un poco que desear). El vuelo en avioneta se empieza a torcer debido a unos problemas técnicos, y veremos cómo cada uno de los tripulantes reaccionan al estrés de encontrarse a 10.000 metros de altura con pocas probabilidades de salir vivos. Algunos actuarán de forma heroica, otros guiados por el más absoluto egoísmo, y otros simplemente intentarán hacer entrar en razón a los demás. Además de todo esto, el ambiente se vuelve insoportable para los chicos debido a que se encuentran encerrados en una avioneta de reducidas dimensiones (otro voto positivo para la película, ya que en mi opinión resulta difícil no aburrir al espectador cuando la película se centra absolutamente en un único escenario). Respecto a los tentáculos, Altitude puede llegar a recordar a Monstruoso, ya que a pesar de que el bicho no aparece hasta bien avanzado el metraje, casi no lo divisaremos en su totalidad. De hecho, si no fuera por la carátula, la llegada del bicho nos habría dejado totalmente cartulinas (vamos, que la carátula jode lo que podría haber sido una grata sorpresa).
En mi opinión, Altitude consigue enganchar al espectador, pero sin llegar a dejarle un sabor de boca dulce, aunque tampoco amargo. Es cierto que se masca la tensión en el vuelo durante casi todo el metraje, pero ésta se va diluyendo a la vez que se acerca el final. Quizás si la conclusión del film hubiese sido otra ahora mismo estaría dando una visión distinta de la película, pero es cierto que la última media hora (coincidente con la aparición del bicho tentáculos) se hace poco creíble y a veces incluso un poco apática, como si intentasen alargar la película para rellenar hueco. Pero vamos, ir en una avioneta y que te ataque un bicho volador no es que sea muy real, que digamos. Si os apetece pasar el rato, os recomendamos Altitude, pero no esperéis un peliculón.
Como último apunte, resaltar el parecido de unos de los jóvenes a Riki Rubio (era “clavao” el jodío).