Ayer tocó nuevamente jornada de lunes molón en casa de Kiko para ver esta película que me tenía preparada este muchacho y que lleva por título Desmembrados (ciertamente su apuesta personal de esta semana, nos resultó un poco flojita y regulera, la verdad). Y es que desde la magnífica y genial Zombies Party han sido muchas las películas británicas que han tratado de emular ese mezcla de terror y comedia en un film, pero ninguna lo consigue con la frescura de aquella. Y eso que por lo que he podido documentarme, este film que nos ocupa ha obtenido premios en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Puchon y en Fantasporto (además cosechó una nominación como Mejor Película en el British Independent Film Awards). Pero nada, por mucho galardón que se llevara, a nosotros nos resultó una película pasable y poco más.
Y es que verdaderamente al largometraje le cuesta un poco arrancar, pues gran parte del film se centra en lo que es la presentación de los protagonistas, un grupo de empleados de una multinacional que van a pasar un fin de semana en una especie de jornada de convivencia para escapar de la rutina diaria y confraternizar un poco más fuera del trabajo. El destino de este selecto grupete es un bonito bosque de Hungría, donde les espera una supuestamente lujosa y cómoda casa rural para pasar allí un par de días. Hay que comentar en favor de esta parte del metraje que están bastante bien retratados la disparidad de caracteres de cada uno de los componentes de este variopinto grupo, donde podemos encontrar desde el típico pelota “encanijao” que no para de lamer el culo del jefe, hasta el guaperas emprendedor seguro de sí mismo, pasando por el típico jovenzuelo al que le resbala todo y su único interés en la vida es fumarse un buen “peta”.
De esta forma, lo que arranca como un tranquilo fin de semana para fomentar el compañerismo entre ellos, acabará como el “Rosario de la Aurora”, cuando la película comienza a degenerar en auténtica paranoia y el espectador encuentra su porqué al título de Desmembrados. A este respecto, hay que reconocer que el film tiene sus momentos (tanto de terror como de chispazos de comedia que esbozan una sonrijuela en el espectador por lo absurdo de muchas situaciones), de las que personalmente me quedo con la escena del avión (buenísima) y la de las prostis húngaras que se ven metidas en ese “desaguisado”, fomentándose con ello todo ese grado de ida de olla en el que va degenerando el film hasta sus compases finales.
En definitiva, que si eres dado a este tipo de películas provenientes de las islas británicas que aúnan terror y comedia, tampoco estaría mal que la eches un vistazo pero sin esperarte gran cosa (aunque ciertamente el film cuenta con sus momentillos curiosos). De todas formas yo me lo pasé mejor con la película titulada Dog House (curiosamente del mismo actor protagonista que esta, Danny Dyer), y que en mi humilde opinión me resultó una horror-comedy bastante más entretenida y chisposa.