Hay mucha gente que opina que el bueno de Shyamalan vive de las rentas de El sexto sentido el muy pillo, y desde entonces casi todo lo que ha hecho es un pufo. Supongo que es la eterna maldición de cuando se pone el rasero demasiado alto desde muy temprano, porque a partir de entonces el resto de trabajos que uno haga se le van a medir con respecto a ese nivelazo. Sin embargo, yo soy de la opinión de que películas suyas como El Protegido o El Incidente son films más que aceptables (y sí…, lo reconozco, me gustó Señales. ¡Ale, ya lo he dicho!).
El caso es que hace unos días cayó en mis manos esta película titulada Devil, y que por estos lares se ha traducido como La Reunión del Diablo. Lo primero que me llamó la atención de ella es ver el nombre del famoso director hindú, pero hay que decir que aquí no ejerce esa labor, sino que su contribución se reduce al guión (y supongo que también a ciertas labores de producción).
En cuanto al argumento, hay que comentar que se basa en una famosa creencia popular que dice algo como que en ciertas ocasiones el Diablo cobra forma humana, llega a la tierra y reúne a un grupo de condenados para anticiparles el sufrimiento que les espera en el infierno (y es que los componentes de esta mencionada “reunión” no son ni mucho menos angelitos). Todo acontece en el ascensor de un moderno edificio, cuando de repente se produce una avería que deja a cinco personas retenidas dentro de él. Sin embargo, esta no va a ser la menor de sus preocupaciones, ya que uno de ellos resulta ser el mismísimo Diablo. Y como es de suponer, quedarse encerrado en un espacio así con ese malvado ser producirá todo tipo de reacciones y desconfianza entre nuestros protagonistas, derivadas de la tremenda confusión creada por lo que acontece a cada instante.
De esta forma, es de suponer que el film juegue constantemente al despiste con el espectador una y otra vez, de manera que sospechemos de todos y haya un muy conseguido intríngulis para tratar de averiguar cuál de esos personajes es el mismísimo demonio (todo ello aderezado con ciertos momentos tensos bastante conseguidos para mi gusto). Y es que como digo, esa tensión está bastante lograda en los instantes de la película en los que se va la luz en el ascensor, y al igual que los protagonistas sólo vemos oscuridad y oímos los mismos extraños ruidos que escuchan ellos, dejándonos con la incertidumbre de qué narices está pasando ahí dentro. Y cada vez que vuelve la luz y vemos cómo ha quedado el panorama, nuestras sospechas son totalmente nuevas sobre quién demonios puede ser “el culpable”.
Y es que últimamente me estoy aficionando a este tipo de películas que desarrollan el hilo argumental en un escenario concreto y donde lo principal son las interacciones entre los personajes. Vale que esta película no es como Buried y toda la historia no se circunscribe a un único escenario, pero lo que sí es cierto es que casi todo el meollo tendrá lugar dentro de ese ascensor.
En definitiva, un film que no te recomiendo si buscas pasar miedo o terror (pues no tiene nada de eso), pero como thriller con momentos de tensión y suspense sí creo que merece la pena su visionado. He leído por ahí opiniones de gente que dice que es una película muy monótona y regulera, pero a mí personalmente me ha tenido entretenido y no ha hecho que mi interés fuera decayendo a medida que avanzaba. Eso sí, si te decides a verla seguro que a partir de entonces mirarás con otros ojines con quién te metes en un ascensor.