Me imagino que a muchos de vosotros os pasaría igual que mí cuando oísteis por primera vez el título de este film y os dio por pensar que esto trataría sobre el gran Bill Gates vendiéndonos un Windows en relieve. Cuando me enteré de que se trataba de un film hecho en nuestro bonito país protagonizado por jovenzuelos no pude menos que vaticinar dos cosas: que esto sería un desfile de niños guapitos sacados de las series gilipollescas que inundan la parrilla televisiva y que tendría hechuras de pufo muy serio. Llamadlo afán detectivesco o que me la jugué en plan bruja Lola, pero en ninguna de las dos cosas me equivoqué.
Y es que no hace falta ser el puto Perry Mason para darse cuenta de que en un género en el que casi todo está inventado nos pueda sorprender a estas alturas un “slasher made in Spain”. Pero vamos, que yo me armé de valor, me la jugué y ni que decir tiene que salí más “escaldao” un orco al que le tiran un puchero de Starlux hirviendo mientras trata de asaltar un castillo.
El film nos cuenta las andanzas de un grupo de estudiantes, que movidos por el ansia viva de subir la nota se embarcarán en un proyecto para la facultad consistente en investigar una serie de supuestas actividades paranormales que tienen lugar en el pueblo llamado Susurro, sobre el que recae una oscura fama de sucesos extraños en torno a una antigua leyenda (a raíz de unos sangrientos sucesos acaecidos en la zona tiempo atrás). Pero para suceso paranormal es el hecho de que chulazos y tiazas buenorras como el plantel protagonista se tomen estas molestias para subir nota en vez de limitarse a ir a la Universidad a jugar al mus o a pillar cachaza y ponerse piripis en las fiestas de los viernes.
Ciertamente hay que reconocer que cualquier persona que no haya visto el trailer y lea este argumento pensará que el film va a ser un falso documentala lo Bruja de (Tony) Blair con el típico recurso de la cámara en ristre (pues ciertamente la cosa se presta a ello). Pues para nuestra sorpresa la película no recurrirá a ello, porque si se hubiera hecho así en este caso concreto lo normal habría sido que el gili al que le hubiera tocado llevar la cámara se dejara de movidas paranormales y se pasara todo el rato filmando los culámenes de Amaia Salamanca y Úrsula Corberó, porque madre mía…
Así que lamento decir que todo aquel que se espere un film del género mockumentary se sentirá decepcionado, de igual forma que todo aquel que acuda a la sala de cine pensando que se trata de un film de terror puro y duro. Y es que XP3D es un simple thriller cuyo único objetivo es hacer que l@s quinceañer@s vayan al cine en tropel a ver ese desfile de chavalas y de cachitas a lo Maxi Iglesias, aprovechando el tirón que tienen todos ellos entre los jovenzuelos (algo parecido a lo que se hizo en su día con el film de Mentiras y Gordas, sólo que en este además se tiraba del famoso e inquietante recurso del “tetamen gratuito”).
Por tanto, querido lector, si acudes a la sala esperando pasar 80 minutos de terror acompañado de una chavala con la excusa de que se te enganche del brazo y poder arrimar cebolleta, lamento romperte la ilusión cantando a los cuatro vientos que se trata de un film previsible, soso, insípido, sin tensión y donde nos la suda lo que les pueda pasar a los protagonistas, lo cual deja claro que en este país aún tenemos que comer mucho pan Bimbopara hacer algo decente en el género Slasher.
Quizás lo único reseñable y un poco destacable de XP3D es su tramo final, con toda esa duda que se suscita por momentos en el espectador en torno a los asesinatos, que es lo unico un poco interesante y que llama la atención (lo demás es todo muy olvidable, sobre todo por el hecho de realizar toda esta paranoia en 3D). Así que si queréis ver un film de fenómenos paranormales que os acojone os recomiendo que invirtáis vuestro tiempo echando un vistazo a Grave Encounters, porque XP3D es realmente muy regulera…