CIUDADES DE PAPEL
Título: Ciudades de Papel.
Autor: John Green (Indianápolis 1977) se graduó en Lengua y Literatura Inglesa y Teología en el Kenion College. Tras iniciar su carrera en el mundo editorial como critico y editor, ha sido galardonado con el Premio de honor Printz y el Premio Edgar por sus diversas novelas para el público juvenil. Con su última novela ha demostrado su capacidad para emocionar a lectores de todas las edades y se ha convertido en uno de los autores más vendidos de los últimos años. Bajo la misma Estrella ha sido recibida por la prensa con un aluvión de criticas entusiastas y permanece en lo más alto de las listas de ventas en todo el mundo desde su publicación. John Green, además, también es autor de otros libros juveniles como El Teorema Katherine, Ciudades de Papel, Buscando a Alaska o Will Grayson, Will Grayson escrito con David Levithan.
Editorial: Nube de Tinta.
Idioma: Inglés.
Traductor: Noemí Sobregues.
Sinopsis: En su último año de instituto, Quentin no ha aprobado ni en popularidad ni en asuntos del corazón...Pero todo cambia cuando su vecina, la legendaria, inalcanzable y enigmática Margo Spiegelman se presenta en mitad de la noche para proponerle que le acompañe en un plan de venganza inaudito. Después de una intensa noche que reaviva el vinculo de una infancia compartida y que parece sellar un nuevo destino para ambos, Margo desaparece dejando tras de sí un extraño cerco de pistas.
Su lectura me ha parecido: sencilla, fresca, ágil, directa, a ratos divertida, tierna, entrañable, algo pastelera...El libro que hoy vengo a reseñaros en este espacio de crítica y opinión no será ni el mejor libro del mundo ni el peor, bajo mi punto de vista. Sin embargo, me gustaría iniciar este texto hablando de cómo la literatura posee muchos beneficios. Al leer estas líneas seguramente os estaréis preguntando a que me refiero cuando hablo de esto y por qué tienen que ver con la literatura, pues veréis, pienso que los libros, pero sobretodo su contenido, esas historias, sujetas a el subjetivismo del lector y teñidas de ese brillo tan especial, logran casi lo imposible. Ayudan a mejorar en la ortografía, a enganchar a la lectura, a comprender mejor el mundo en el que vivimos, a apreciar los recovecos del lenguaje, a prestar más atención, a estimular la imaginación, a saciar nuestra curiosidad intelectual....Pero también, existen en el mundo ciertas lecturas que logran, milagrosamente, y sólo milagrosamente, levantar el ánimo, despejar el camino, hacerlo más transitable para no perder nunca la ilusión. Pues bien lectores y lectoras, este libro en concreto apareció en uno de esos momentos y sinceramente, me salvó de sucumbir en el abismo del hartazgo y el pesimismo. Sin más preámbulos, amigos y amigas os presento Ciudades de Papel: una historia del montón a veces necesaria.
La historia de como Ciudades de Papel reposó durante unas semanas sobre mi mesita de noche es de las más recientes y de la cual guardo un recuerdo nítido y peculiar. Aconteció durante este año, más o menos a la altura de finales de Mayo, principios de Junio, hallándome en plena vorágine de últimos exámenes de la carrera y con la fecha de entrega del TFG pisándome fuertemente los talones. Y por si fuera poco, durante esos días también caí enferma y por unas cosas y otras, me costó bastantes días recuperarme completamente, lo cual, retrasó parcialmente mi ansiado final, mi libertad absoluta después de unos meses de estrés y de nervios. Como habréis podido comprobar, no estaba pasando por un buen momento, y como consecuencia de ello, las lecturas de aquellos días, las cuales tendré que volver a retomar, no fueron las más idóneas. No obstante, y en medio de aquella vorágine de mala suerte, encontré varias lecturas que lograron sacarme poco a poco de aquel estado de negativismo y de ver cada día que pasaba más negro aún. Una de aquellas lecturas, ¡como olvidarlo!, fue Ciudades de Papel. Recuerdo que lo saqué prestado de la biblioteca unas semanas antes de caer enferma, y que lo encontré fortuitamente, sin a penas esperármelo. Tenía otros planes, pero al recordar el agridulce recuerdo que me dejó Bajo la misma Estrella, pensé que merecería la pena, que estaría bien probar de nuevo con un libro del mismo autor. Al finalizar su lectura, determiné que no había resultado una pasada ni nada por el estilo y que no me encontraba ante una gran novela, sin embargo, logró despertarme de aquel oscuro sueño que ya estaba durando demasiado tiempo.
Centrando nuestro interés ahora en abordar la crítica propiamente dicha, lo primero que cabe decir, en favor de la novela es que presenta una lectura muy ágil, demasiado ágil, Ciudades de Papel es el perfecto ejemplo de libro que, si se coge con ganas, te lo puedes leer en pocos días, algo que sin duda es un aspecto muy importante, pues, bajo mi sincera opinión considero que es necesario que existan este tipo de novelas rápidas que entre lectura y lectura densa, nos ayude a desconectar un poco y a agilizar nuestro habito lector. En segundo lugar Ciudades de Papel presenta una historia bastante típica para mi gusto, en la que el tópico "chico tímido y "rarito" se enamora de chica atrevida y popular" se cumple a la perfección. Si en Bajo la misma Estrella vemos una historia de amor poco convencional, extremadamente emotiva y con una profundidad bastante inusual para este tipo de historias, en Ciudades de Papel encontramos una misma historia de amor poco convencional pero que no llega al espectador del mismo modo en el que llegaron Hazel y Gus en Bajo la misma Estrella, es más diría que parecen sacados de la clásica película de adolescentes americana. En tercer lugar, considero de todas formas que John Green ha sabido crear un sello muy personal que en cierto modo gusta al lector, algo que por otra parte no es fácil. Sus novelas están plagadas de historias en las que los sentimientos y las emociones humanas, las más primitivas como el amor, la amistad, la solidaridad o incluso la tristeza están presentes de una forma muy patente y especial. En un tiempo en el que el mundo se mueve por modas y convencionalismos, John Green ha sabido marcar una tendencia y un estilo muy personal recuperando algo que ya existía en la literatura juvenil pero adaptándola a los tiempos que corren.
Para finalizar esta reseña, y a pesar de que este libro esconde una leve pero profunda reflexión sobre el valor de la amistad, no voy a centrar las últimas líneas en hablar sobre ese tema, que por otra parte, está muy sobre explotado. Me gustaría empezar la tradicional reflexión con una anécdota personal, la cual, tiene indirectamente algo que ver con Ciudades de Papel. Ocurrió hace unas semanas, mientras paseaba mi mirada por las repletas estanterías de una conocida librería de mi ciudad, cuando de pronto, a mi lado, un padre y una hija discutían. ¿El motivo? La hija, a la cual le echaría los 13 o 14 años recién cumplidos, le había enseñado a su padre que libro quería que le comprase, que no era otro que, sorpresa, sorpresa, Ciudades de Papel. Al verlo, el padre torció el labio, arrugó la frente y con un tono demasiado severo le soltó lo siguiente: "¿No hay nada mejor? ¿De veras?". Entonces la hija le contestó muy valientemente: "Tu no eliges lo que tengo que leer o no, lo decido yo, que para eso voy a leer el libro". En ese momento una vocecita dentro de mi cabeza aprobó las decididas palabras de la chica y me sentí bastante orgullosa de su atrevimiento. Sinceramente no se cómo acabó la historia, sólo se que antes de perderlos de vista, el padre, tratando de que su hija "entrase en razón" le mostraba otros libros para leer, los cuales, hasta a mi a su edad me resultaban muy poco atractivos. Con esta pequeña anécdota, la cual, puede incluso pasar desapercibida para cualquier mortal, quiero resaltar la importancia de la libertad a la hora de leer, a uno no se le puede obligar a leer un determinado libro, ni siquiera en el colegio, lo cual odiaba completamente, y mucho menos menospreciar los gustos lectores. Un libro no es un mero capricho, ni un objeto que tu puedas imponer a alguien, no, un libro es amor, es pasión, es alegría, es entusiasmo, es emoción, es empatía...En definitiva, es personalidad, y si la arrebatamos, entonces nos cargamos inconscientemente a un posible futuro ciudadano con criterio y con espíritu crítico. Espero que el final de la historia acabase bien y que aquel malhumorado padre le comprase Ciudades de Papel a su hija, y si no lo hizo, ahí va un mensaje a todos aquellos progenitores que alguna vez hicieron lo mismo: ¿Os gustaría que os lo hiciesen a vosotros? Ciudades de Papel: una historia de amor, rebeldía, misterio, amistad, lucha, sentimientos...Una historia simple, pero como ya he dicho al principio necesaria.
Párrafos o frases favoritas:
"Le gustaban tanto los misterios que un día, ella misma se convirtió en uno."
Película/Canción: hace poco se estrenó en los cines de todo el mundo la esperada adaptación de esta novela, con las interpretaciones de Cara Delevinge (Pan) y Nat Wolff (Bajo la misma Estrella) dando vida a Margo y a Quentin, los protagonistas del libro.
¡Un saludo y a seguir leyendo!