“Confesiones de una heredera con demasiado tiempo libre” es la ópera prima de la escritora española Belén Barroso publicada en 2015 por la editorial Espasa.La trama nos sitúa en Langfalls Upon Avon, en la campiña inglesa, en los últimos días del invierno en Paisley Manors la residencia de la familia Hawthornetone-Williamsmith, donde la hija mayor, una joven de diecinueve años languidece mientras le escribe cartas a su amiga Edwina compañera de estudios que vive en Londres.A través de esas treinta y cuatro cartas iremos conociendo como se desarrolla la vida de esta joven y de las personas que viven en la casa familiar y alrededores, y también de algunos de los visitantes que se pasarán por Paisley Manors, las cartas deberán ser de una extensión correcta para que no excedan las tres libras de peso, algo muy recomendado por el real servicio de correos de su majestad.
La remitente de estas cartas, nuestra protagonista, es una joven de contrastes, tan pronto parece estar en la luna como nos descoloca con alguno de sus comentarios que se pueden tildar de extravagantes, sarcásticos, fuera de lugar, pero que no dejarán a nadie indiferente, o tal vez simplemente están sacados al azar de esa linda cabecita donde parece que hay suficiente espacio para acoger una reunión de whist o el té de las cinco.En muchas ocasiones rozando el absurdo y tan disparatado que uno se siente en el camarote de los hermanos Marx con esta joven inglesa no te arrepentirás de haber pasado unas horas en la amplia residencia Paisley Manors, haber asistido a alguno de sus bailes o simplemente paseado por sus jardines.Dentro del texto hay implícitas muchas señales para lectores que gusten de Jane Austen, es un plus pero no es necesario haber leído las novelas de Jane para disfrutar de este libro, pues aunque no quieras reírte, antes o después, en medio de la lectura, aflorará una sonrisa, o más de una como me sucedió a mí.La novela se convierte así en un homenaje a una época y a una escritora, lleno de amor, pasión, admiración y mucho humor.He disfrutado mucho con esta novela, ha sabido trasladarme a esa época, y hacerme reír y disfrutar con cada una de sus cartas.Quiero destacar dos escenas que me han maravillado, la primera es cuando hace una analogía entre el héroe de una de las novelas preferidas de la protagonista y el pollo al horno, (imposible no reírse), y la siguiente es la “conversación mental” paralela a la real que se produce en el capítulo veintinueve, pura delicia.Seguro que cada persona que lo lea tendrá sus momentos destacados pues el libro encierra muchos y algunos muy buenos.
“Confesiones de una heredera con demasiado tiempo libre” es una novela divertida, fresca y elaborada con muchos detalles para que el lector se divierta entre sus páginas, y aún después de haber cerrado el libro al recordarlas. “Si este joven no piensa casarse, ¿por qué lo hemos invitado a merendar?”
“La orquesta atacó la última pieza de la noche. La pieza no se dejó, salió huyendo y creo que todavía la están buscando.”
“La lluvia no moja si se está enamorado, sobre todo si no sales de casa.”
“¡se habían olvidado el postre! Y la verdad, ofrecer cualquier comida sin postre me parece de pésimo gusto. Y encima una tan mala, algo les tendrá que quitar el mal sabor de boca, ¿no cree?”
De esta reseña se ha hecho eco CULTURAMAS
La remitente de estas cartas, nuestra protagonista, es una joven de contrastes, tan pronto parece estar en la luna como nos descoloca con alguno de sus comentarios que se pueden tildar de extravagantes, sarcásticos, fuera de lugar, pero que no dejarán a nadie indiferente, o tal vez simplemente están sacados al azar de esa linda cabecita donde parece que hay suficiente espacio para acoger una reunión de whist o el té de las cinco.En muchas ocasiones rozando el absurdo y tan disparatado que uno se siente en el camarote de los hermanos Marx con esta joven inglesa no te arrepentirás de haber pasado unas horas en la amplia residencia Paisley Manors, haber asistido a alguno de sus bailes o simplemente paseado por sus jardines.Dentro del texto hay implícitas muchas señales para lectores que gusten de Jane Austen, es un plus pero no es necesario haber leído las novelas de Jane para disfrutar de este libro, pues aunque no quieras reírte, antes o después, en medio de la lectura, aflorará una sonrisa, o más de una como me sucedió a mí.La novela se convierte así en un homenaje a una época y a una escritora, lleno de amor, pasión, admiración y mucho humor.He disfrutado mucho con esta novela, ha sabido trasladarme a esa época, y hacerme reír y disfrutar con cada una de sus cartas.Quiero destacar dos escenas que me han maravillado, la primera es cuando hace una analogía entre el héroe de una de las novelas preferidas de la protagonista y el pollo al horno, (imposible no reírse), y la siguiente es la “conversación mental” paralela a la real que se produce en el capítulo veintinueve, pura delicia.Seguro que cada persona que lo lea tendrá sus momentos destacados pues el libro encierra muchos y algunos muy buenos.
“Confesiones de una heredera con demasiado tiempo libre” es una novela divertida, fresca y elaborada con muchos detalles para que el lector se divierta entre sus páginas, y aún después de haber cerrado el libro al recordarlas. “Si este joven no piensa casarse, ¿por qué lo hemos invitado a merendar?”
“La orquesta atacó la última pieza de la noche. La pieza no se dejó, salió huyendo y creo que todavía la están buscando.”
“La lluvia no moja si se está enamorado, sobre todo si no sales de casa.”
“¡se habían olvidado el postre! Y la verdad, ofrecer cualquier comida sin postre me parece de pésimo gusto. Y encima una tan mala, algo les tendrá que quitar el mal sabor de boca, ¿no cree?”
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