“Cruce de caminos” es la primera novela de la escritora Mar Fernández que publicó en Amazon en 2012. Se trata de una novela romántica histórica.
Una vez más hemos decidido presentaros dos opiniones, dos visiones tal vez diferentes o tal vez no, de una novela. La anterior vez nos lo pasamos genial y coincidimos bastante en nuestras conclusiones, veremos si esta vez resulta de la misma manera. Estamos en Boston en 1867 y la señorita Marian Stell St. Jones una joven aristócrata, parece tener una vida fácil, joven, bonita pero aún no logra conseguir un marido, uno de los problemas es que su padre es demasiado exigente, y el otro que parece que aún no ha conocido a nadie lo suficiente interesante para hacer surgir esa chispa.
Pero en su último baile aparece un hombre misterioso de ojos azules: Alexander Cooper, que le llama la atención, sin embargo su padre muere en circunstancias extrañas y ella es enviada por su madre al rancho de su hermana en Ford Creek, cortando todos los lazos con su pasado, pero sin olvidarlo, Marian deberá comenzar una nueva vida, lejos de todas las comodidades a las que estaba acostumbrada, y demasiado cerca de su primo J.T Delaware.Junto a estos personajes irán surgiendo otros secundarios que mantendrán el interés en la historia hasta el final.Al ser una novela corta, los conflictos se resuelven rápidamente pero de una forma maravillosa y que te deja con un buen sabor.El único pero es que en la parte final hay una pelea “entre los chicos” que me pareció fuera de lugar tanto por el modo en que sucede como por la forma.En líneas generales es una historia que te engancha y te invita a leer sin pausas, donde los personajes te conquistan y las historias están bien entrelazadas dando lugar a ese “cruce de caminos” bien desarrollado al que asistimos en Ford Creek.Por si queréis conocer otra opinión la primera reseña que leí fue en el blog de Raquel Campos.
Como ya hemos comentado anteriormente nos encontramos con un romance histórico, y en uno de los ambientes con los que yo más disfruto, el oeste. Creo que la sinopsis no es de lo más acertada, ya que si bien la narración se centra en las dificultades de Marian y JT, para encontrar el amor, muchas otras parejas se unen para vivir su propia historia. Este enredo de parejas tiene como resultado que no profundiza en ninguna de ellas ¿un acierto o una equivocación? Eso lo dejo al arbitrio de cada lector pero a mí sin duda me dejó con ganas de más. A parte de ese tira y afloja que se crea entre los protagonistas digamos principales, conoceremos los sinsabores de otras cuatro parejas para encontrar el amor. Todo ello está hilado de manera perfecta, pero me ha dado la sensación de quedarme a medias y que todo transcurre de manera rápida sin posibilidad de recrearnos con cada una de las historias.
En general nos encontramos con una novela entretenida, con momentos tiernos que nos encantarán, e incluso que nos harán reír y unos personajes muy bien perfilados que hacen de esta novela casi ideal para un momento de relax, aunque creo que daría para varias historias, una para cada relación. Desde luego una escritora a la que le seguiré la pista.
Una vez más hemos decidido presentaros dos opiniones, dos visiones tal vez diferentes o tal vez no, de una novela. La anterior vez nos lo pasamos genial y coincidimos bastante en nuestras conclusiones, veremos si esta vez resulta de la misma manera. Estamos en Boston en 1867 y la señorita Marian Stell St. Jones una joven aristócrata, parece tener una vida fácil, joven, bonita pero aún no logra conseguir un marido, uno de los problemas es que su padre es demasiado exigente, y el otro que parece que aún no ha conocido a nadie lo suficiente interesante para hacer surgir esa chispa.
Pero en su último baile aparece un hombre misterioso de ojos azules: Alexander Cooper, que le llama la atención, sin embargo su padre muere en circunstancias extrañas y ella es enviada por su madre al rancho de su hermana en Ford Creek, cortando todos los lazos con su pasado, pero sin olvidarlo, Marian deberá comenzar una nueva vida, lejos de todas las comodidades a las que estaba acostumbrada, y demasiado cerca de su primo J.T Delaware.Junto a estos personajes irán surgiendo otros secundarios que mantendrán el interés en la historia hasta el final.Al ser una novela corta, los conflictos se resuelven rápidamente pero de una forma maravillosa y que te deja con un buen sabor.El único pero es que en la parte final hay una pelea “entre los chicos” que me pareció fuera de lugar tanto por el modo en que sucede como por la forma.En líneas generales es una historia que te engancha y te invita a leer sin pausas, donde los personajes te conquistan y las historias están bien entrelazadas dando lugar a ese “cruce de caminos” bien desarrollado al que asistimos en Ford Creek.Por si queréis conocer otra opinión la primera reseña que leí fue en el blog de Raquel Campos.
Como ya hemos comentado anteriormente nos encontramos con un romance histórico, y en uno de los ambientes con los que yo más disfruto, el oeste. Creo que la sinopsis no es de lo más acertada, ya que si bien la narración se centra en las dificultades de Marian y JT, para encontrar el amor, muchas otras parejas se unen para vivir su propia historia. Este enredo de parejas tiene como resultado que no profundiza en ninguna de ellas ¿un acierto o una equivocación? Eso lo dejo al arbitrio de cada lector pero a mí sin duda me dejó con ganas de más. A parte de ese tira y afloja que se crea entre los protagonistas digamos principales, conoceremos los sinsabores de otras cuatro parejas para encontrar el amor. Todo ello está hilado de manera perfecta, pero me ha dado la sensación de quedarme a medias y que todo transcurre de manera rápida sin posibilidad de recrearnos con cada una de las historias.
En general nos encontramos con una novela entretenida, con momentos tiernos que nos encantarán, e incluso que nos harán reír y unos personajes muy bien perfilados que hacen de esta novela casi ideal para un momento de relax, aunque creo que daría para varias historias, una para cada relación. Desde luego una escritora a la que le seguiré la pista.