FICHA TÉCNICA
El año 1847 fue muy prolífico para las hermanas Brontë, quienes firmaban como los hermanos Bell para evitar escándalos: Charlotte publicó Jane Eyre, Anne dio a imprenta Agnes Grey, y Emily editó Cumbres Borrascosas, que contiene la quinta esencia de la novela romántica inglesa decimonónica. En ella se suceden los amores apasionados, los odios agriados que se prolongan durante generaciones, los celos, las apariciones espectrales y las tormentas, todo ello narrado con una fuerza y un brillante retrato de personajes que la han convertido en un clásico imperecedero.
OPINIÓN [libre de spoilers]
Cumbres Borrascosas nos sitúa en el Reino Unido del siglo XIX y nos cuenta la historia de una familia (si es que podemos llamarlo así) bastante trastornada, que viven en el campo, en una casa poco comunicada y tan lúgubre como sus habitantes. Iremos conociendo a los personajes, y más importante, las relaciones que se crean entre ellos, en su mayoría movidas sentimientos muy potentes, exaltados y generalmente negativos como el odio, la venganza, los celos y, en ocasiones, el amor. Observaremos cómo se desprecian y maltratan entre ellos, cómo son movidos por la venganza hasta puntos insospechados y cómo la tragedia marca cada etapa de sus vidas. Es increíble la cantidad de personajes que acoge esta novela. Desde ya os recomiendo que si vais a leerla toméis papel y lápiz para ir apuntándolos conforme aparezcan porque puede llegar a ser algo lioso, especialmente al principio.
Es una novela oscura, catalogada como novela de estilo gótico, que nada tiene que ver con sus contemporáneas Orgullo y prejuicio o Jane Eyre. Quizá esto haya sido una de las cosas que más me ha llamado la atención. Leí este libro justo después de leer Sentido y sensibilidad y ya en las veinte primeras páginas tenía la boca abierta por el contraste que supone comparar ambas.
Parece imposible que nadie pueda disfrutar de una novela tan oscura, con personajes tan rebuscados y malévolos en su mayoría, pero os puedo asegurar que nada más lejos de la realidad. Los personajes evolucionan de tal manera que en algún momento los amaréis, en otros los odiaréis, sentiréis lástima por ellos o desearéis que mueran cuanto antes. Muchas de las escenas narradas son realmente duras, el maltrato que se imponen entre ellos toca con ganas, e incluso sobrepasa, los límites de la locura. Y con todo y con eso he disfrutado de cada página, me he sorprendido con cada nueva maldad, he empatizado con los personajes, y si ya es difícil que las novelas te hagan conectar con personajes bondadosos estereotipados, imaginaos con una panda de desquiciados malévolos. La maestría de la autora a este respecto es digna de resaltar y consigue que nos quedemos prendados de una panda de (como los catalogaríamos en la actualidad) antagonistas. Por que sí, es una novela de antagonistas. Exclusivamente de antagonistas. Y es maravillosa.