Todavía estoy bajo los efectos de la lectura de “22/11/63” de Stephen King
A estas alturas probablemente ya sepas que Stephen King es uno de mis escritores de terror y misterio preferido, aunque siempre me da un poco de miedo (nunca mejor dicho) acercarme a sus obras porque King es capaz de lo mejor y de lo peor en lo que a literatura se refiere. De su “pluma” han salido las mejores historias de terror que he leído, pero también insufribles libros que dan ganas de arrojar muy lejos. Así que ¿Quieres saber en qué categoría entra “22/11/63” en mi opinión?
Me da mucha rabia cuando me topo con los libros malos de Stephen King, los cuales, aunque el argumento me llame la atención, no disfruto y me hacen sentir rabia porque sé que este escritor es capaz de crear verdaderas obras maestras del terror. Pero hay que perdonárselo porque, a pesar de las décadas que lleva escribiendo y de los cientos de libros que ha publicado, te encuentras con libros como “22/11/63” y vuelves a confiar en él y a recordar el motivo por el cual te lanzas a por sus libros con tanta ilusión como intriga. En “22/11/63” King vuelve a mostrarnos una historia apasionante con su sello inconfundible y, esta vez, el misticismo viene de la mano de los viajes en el tiempo (temática que me encanta desde siempre)
“22/11/63” cuenta la historia de Jack Epping, un profesor de lengua de un instituto de Maine (Maine, cómo no) que un día recibe una extrañísima petición de parte de un amigo con una enfermedad terminal: acceder al año 1958 a través de un agujero en el tiempo que tiene en su caravana y vivir en el pasado hasta 1963 para evitar que el presidente Kennedy sea asesinado en Dallas, con el propósito de cambiar una series de acontecimientos históricos como la guerra de Vietnam. Jack (evidentemente) piensa que esto es una locura imposible de conseguir pero, al recordar que 1958 fue el año en el que uno de sus alumnos de su grupo de adultos asistió al brutal asesinato de su madre y hermanos por parte de su propio padre, decide intervenir para cambiar este horrible acontecimiento y, tras tener que volver al presente cuando algo sale mal, decide finalmente establecerse en el pasado para llevar a cabo la petición de su amigo y, de camino, cambiar una serie de cosas.
Jack Epping adopta una identidad diferente como George Amberson y empieza una nueva y agitadísima vida décadas atrás de su propio tiempo, en la que llega a conocer la felicidad (e incluso el amor) en un humilde pueblo, felicidad esquiva para un hombre que intenta alterar un pasado que se resiste continuamente a ser cambiado y que no hace más que presentar obstáculos en el camino de Jack/George. El sentido de la justicia y del bien, la maldad del ser humano, las paradojas temporales, así como la intriga y el misterio, son los ingredientes fundamentales de esta trepidante historia que no he sido capaz de soltar hasta el final, el cual, por cierto, me ha gustado bastante a pesar de que me ha dejado muy melancólica. Hacía mucho que uno de los “nuevos” libros (éste es de 2011) de Stephen King no me enganchaba tantísimo. Me he metido de pleno en la historia y en los momentos en los que no estaba leyendo no paraba de darle vueltas al libro. Creo que casi me he obsesionado…
En definitiva, “22/11/63” es una obra maestra de Stephen King en la que los viajes en el tiempo toman una nueva dimensión y tienen un tratamiento diferente del que hasta el momento se le ha dado en la literatura y cine, además de lograr hacer partícipe al lector en todo momento de una aventura que no aburre ni decepciona ni siquiera un segundo. Uno de los mejores libros de todos los que llevo leídos este año. Ahora me queda decidir si darle o no una oportunidad a su adaptación televisiva, porque he oído opiniones de todos los colores y no quiero que se estropee el efecto que el libro ha surtido en mí. ¿Qué hago?
Y tú ¿Has leído “11/22/63”? ¿Qué opinas de este libro de Stephen King? ¿Has visto la serie? ¿Me la recomiendas? Cuéntame…