Aunque muchos piensen que San Valentín no es más que una fecha absurda creada explícitamente para hacernos más consumistas, no está de más aprovechar estas datas para volvernos un poco más sensibles de lo habitual. Una buena forma de hacerlo es empapándonos de películas. Os recomiendo que lo hagáis con Benny & Joon, una pequeña joyita que rescatamos para esta sección.
Título Original: Benny & Joon
Año: 1993
Duración: 100 min.
País: USA
Distribuidora: Metro Goldwyn Mayer
Director: Jeremiah Chechik
Guión: Barry Berman
Interpretes: Aidan Quinn, Mary Stuart Masterson, Johnny Depp, Julianne Moore, Joe Grifasi, Oliver Platt, Dan Hedaya, Randy Burch
Sinopsis: Tras la muerte de sus padres, Joon (Masterson), una chica sensible y delicada, se ha convertido en una persona mentalmente desequilibrada, que vive bajo la estricta tutela y protección de su hermano Benny (Quinn). Como consecuencia de una disparatada apuesta en una partida de póker, Benny tiene que aceptar que Sam (Depp), un muchacho extravagante y solitario que tiene un don especial para la pantomima (homenaje al cine mudo), se vaya a vivir con ellos. Joon y Sam simpatizan enseguida y acaban enamorándose.
Benny (Aidan Quinn), mecánico de un pequeño pueblo, reside con su hermana Joon (Mary Stuart Masterson) con la que vive desde que la muerte de sus padres le creó graves desequilibrios emocionales. No es una vida sencilla, y menos para Benny, que tiene que dejar a su hermana en manos de asistentes que acaban rechazando el trabajo por no poder hacerse cargo de Joon. Benny, ante tal situación, se ve obligado a hacerse cargo de su hermana, lo que le quita gran parte de su tiempo libre. El único suspiro entre engranajes, cuentas y labores culinarias lo encuentra en las partidas de póker nocturnas, pero ni hablar de tener una cita o conocer a alguna chica, porque Joon no lo aceptaría ni aunque eso supusiera la felicidad de su hermano. Un día, Joon decide unirse a una de las partidas de póker en la que se apuesta… un sobrino. Por mucho que Benny se oponga, al final los dos hermanos tienen que acarrear a Sam (Johnny Depp) hasta su hogar. El chico es de lo más estrafalario y extraño, pero cumple con su deber de acicalar la casa a cambio de quedarse a vivir con ellos. Así es como empieza a nacer una relación más que amistosa entre Joon y Sam, al mismo tiempo que Benny se atreve a pedirle una cita a Ruthie (Julianne Moore), camarera de una de las cafeterías del pueblo. Parece que las vidas de Joon y Benny empiezan a tomar, por fin, el camino correcto, pero ¿qué pasará cuando Sam se entere de la enfermedad de Joon? ¿Y será capaz Benny de llevar adelante su relación sin dejar de atender a su hermana?
Benny & Joon mezcla, con gracia y sin pretensiones, los factores básicos para hacer una comedia romántica, pero aporta frescura y originalidad en su propuesta, empezando por los personajes. No es que Joon esté medio loca y Sam sea el chico estable que se enamora de ella, no; los dos, a su manera, sufren su propio trastorno. Joon se pasa el día malhumorada, se rige por sus propias normas y protesta por todo aquello con lo que no está de acuerdo. Sam es un amante del cine clásico, y tantas películas se ha visto que ha terminado por crearse a sí mismo como un segundo Buster Keaton. Sin embargo, encajan porque se complementan: Joon es la parte que, a través de sus relajadas y metódicas pinturas, transmite orden y calma a Sam, que aporta el humor y la energía que faltan en la personalidad de Joon. Son como “los niños” de la película que destacan ante Benny y Ruthie, formales y con experiencia suficiente en la vida como para darse cuenta de cuáles son las prioridades cuando se tiene que elegir entre el amor o la conformidad y seguridad de una existencia hasta el momento llevadera. Tanto unos como otros se construyen de manera sencilla pero sin rallar en lo superficial; son personajes completos y bien delimitados desde su primera aparición en pantalla. Como en una de las partidas de póker de Benny, apostar por unas figuras tan dispares las unas de las otras y tan alocadas en su concepción puede resultar arriesgado, pero no si se lleva desde el principio de manera eficiente, sin crear giros en sus personalidades que descoloquen al espectador.
Otro punto fuerte de la película reside en su agilidad para llevar la historia. Los diálogos son fluidos, no resultan reiterativos y están perfectamente escogidos para resultar naturales. Tampoco hay exceso de escenas emotivas (desde el punto de vista dramático), solo las justas y necesarias porque, por encima de todo, se trata de una comedia, pero una comedia con gusto, que no necesita echar mano de gags visuales para hacer reír. El humor de la película es un humor agradable y asequible para todos. Es en esta gracia característica donde encontramos los mejores guiños a las películas mudas de los años veinte y treinta de Chaplin y Keaton. El personaje de Sam y su actitud casi bufonesca recuerdan a estos clásicos directores impulsores de un tipo de humor no tanto inteligente, pero sí más sofisticado y que iba más allá de la broma meramente física. Aparte de que Sam también se viste de manera similar a Chaplin (sombrero, bastón y traje), encontramos una clara referencia (y un homenaje, en cierto modo) a las comedias de aquella época en la propia relación entre Sam y Joon. Como bien indica el subtítulo de la película en España, es un filme que retrata el amor de los inocentes, y es que tanto Joon como Sam parecen ser primerizos en el amor, y al ver al personaje de Johnny Depp se nos vienen a la mente películas como Luces de la ciudad (Charles Chaplin, 1931) o La quimera del oro (Charles Chaplin, 1925) en las que el personaje de Chaplin es un hombre de carácter aniñado y demasiado inocente, lo mismo que le ocurre a Sam.
El peso de la parte negativa de la película recae en el hecho de que algunos aspectos son increíbles, en el sentido exacto de la palabra. Si ya no es lógico que Benny deje entrar a Sam en su casa teniendo a una hermana enferma emocionalmente, menos lo es apostar a tu sobrino en una partida de póker. Es cierto que la gracia de la película tiene que ver un poco con estas ideas algo absurdas que concuerdan con el toque alocado de la cinta, pero Benny & Joon podría haber tirado más hacia la realidad que a la fantasía si no se dejase llevar por estos detalles.
Se trata de una película de amor que no llega a ser cursi ni empalagosa, con unos actores a los que les pegan los personajes que interpretan, y lo hacen de manera correcta. Es perfecta para levantar el ánimo y pasar un rato agradable. No es la octava maravilla, y está claro que hay comedias románticas mejores, pero tiene un algo que la diferencia, un toque bizarro que la separa de los convencionalismos. ¿Por qué no se recomienda más esta película? ¿Por qué pasa tan desapercibida? Os invito a que aprovechéis estas fechas para ver Benny & Joon y apreciar la belleza dentro su historia y la grandeza en su sencillez.
→Lo mejor: las referencias a las comedias de cine mudo, y los personajes.
→Lo peor: algunos detalles que le quitan credibilidad a una historia tan humana.
→Puntuación: 7,5/10
ESCRITO POR HERMY
Hermy es amante de las imágenes en movimiento y el tacto de los libros recién comprados. Vive en un pueblecito en el país del color verde y las lluvias regulares, por lo que desde pequeña siempre ha encontrado en las películas y los libros la manera perfecta con la que matar el tiempo. Es administradora del blog El Imaginario de Ideas y en su tiempo libre estudia Comunicación Audiovisual.