Revista Libros
Cuando Kassfinol me obsequió su versión digital de “Decidiste Tarde”, me advirtió: “lo escribí en una sentada”. Sospeché que con eso me decía que se trataba de una obra sencilla y nada sorprendente. Pero no fue así. Es una obra de fácil lectura y comprensión, con una narración fresca y a ritmo acelerado, nos cuenta una historia bien delineada, sin abusos narrativos, sin muchas distracciones, el uso de los recursos literarios es exacto y sin derroche alguno.Me gustó la historia, alguna vez, de alguna u otra manera, todo ser humano la ha encarnado. En ocasiones hemos sido engañados por otros, o por nosotros mismos, como también hemos sido engañadores y a veces mientras lo somos, sin darnos cuenta, nos oprimimos a nosotros mismos. Todos tenemos, en nuestras memorias, recuerdos de buenos romances y romances que no fueron fructíferos. Kassfinol nos presenta a Francisco y a Sandra en una historia romántica. Así parece al principio. “Decidiste Tarde” tiene una particularidad que surge de la naturaleza de su autora: evolución y transformación. Si me pidieran definir la obra en una frase diría “Decidiste Tarde es una narración que evoluciona con rapidez y se transforma mediante sus elementos”.Lo que parece una historia romántica va tornándose trágica, los personajes van consumiéndose en una suerte deprimente, donde la angustia pasea entre sus almas, se descubre uno al otro y uno en el otro, lo aparente va convirtiéndose en un fantasma que inquieta y la incertidumbre los lleva hacia la agonía de tener que decidir como arrinconados contra la pared. El aura romántico y trágico se fusiona para atraparnos como un monstruo sediento de lágrimas e indecisiones. Me sorprendió ese cambio inteligente, esa transformación que hace evolucionar la lectura, me sorprendió porque se hace tan sutil y silencioso que apenas puede percibirse. Y cuando ya creía definida la historia se vuelca desde lo fantástico, elevando la voz del narrador, encarnada en la personalidad de Sandra, a una dimensión fuera de la realidad que se observa.Cuando llegué al final recordé que Kassfinol escribió “Decidiste Tarde” en una sentada y sonreí pensando que así nacen nuestras mejores obras.Recomiendo esta lectura, sé que la van a disfrutar.