El asesino ciego es una de las obras de Margaret Atwood que todavía tenía pendiente, por lo que la reedición de este título por parte de la editorial Salamandra, supuso una oportunidad para por fin poder acercarme a su lectura. Aunque me esperaba más de este libro que me ha parecido bastante inferior a lo que esta exitosa escritora me tiene acostumbrada, tampoco ha supuesto una pérdida de tiempo, puesto que esta extraña historia que parece abarcar hasta tres relatos a la vez (uno dentro de otro), cuenta con algunos elementos que me han gustado, unidos al estilo narrativo de Atwood, del que siempre he disfrutado por su originalidad. Te lo explico mejor en mi reseña.
Partiendo de un trágico suceso: el suicidio de Laura Chase, quien se arroja por un puente con su coche, El asesino ciego empieza a presentar las memorias de su hermana, Iris, quien ya de anciana se dispone a desgranar su vida, desde la más tierna infancia. A través de estos recuerdos, conoceremos a Laura, una niña muy peculiar, fantasiosa y alocada, a la que su hermana mayor siempre ha tenido en el punto de mira. Las hermanas Chase, crecerán en una mansión con aires góticos, en la que casi puede sentirse la presencia de sus familiares ya difuntos, pero sin el amor y la cercanía propias de una familia normal. Con el tiempo, Iris acaba siendo casada con un importante empresario textil, mientras que a su hermana le espera un aciago destino, que no entenderemos bien hasta el final de la novela. Además de la historia actual de Iris anciana y la de su vida pasada junto a su hermana, El asesino ciego presenta otro hilo argumental protagonizado por unas historias de ficción que uno de los personajes va narrando, lo cual le otorga un toque ficticio e irreal muy interesante a la narración.
Aunque la historia acerca de la vida de Iris y la intriga por saber quién es la verdadera protagonista de la relación ilícita que se va desarrollando a lo largo de la novela consiguieron engancharme, considero que este libro de Atwood carece de un ritmo ameno, sobre todo hacia la mitad del mismo. A veces, algunos pasajes resultan confusos, y creo que la autora no logra hacer una diferenciación lo suficientemente clara entre algunas escenas. Aunque su objetivo es despistar al lector, no acaba de hacerlo de una manera satisfactoria, lo que puede desencadenar en algo de pérdida de interés hacia la trama principal, como me pasó a mí en algunos momentos de la lectura. Mientras que el libro comienza muy bien, llega un momento en el cual empieza a decaer su calidad, con el resultado de que, posiblemente, ha sido el título que menos me ha gustado de la obra de Atwood.
Al final, lo que más me ha entusiasmado de El asesino ciego, ha sido la narración acerca de la infancia de la protagonista, con un halo gótico y de fatalismo, así como algunas de las reflexiones vertidas a lo largo de sus páginas. ¿Recomendable? Únicamente si eres muy fan de esta escritora, si no, te sugiero que priorices la lectura de títulos como su mítico El cuento de la criada, o su fabulosa trilogía MaddAddam, sin olvidar Alias Grace, una auténtica obra maestra en la que sí le funciona muy bien jugar al despiste con el lector. Sea como fuere, Margaret Atwood es una autora que no debe faltar en tus estanterías.