Ángel Gil Cheza
Ángel Gil Cheza nació en Vila-real en 1974. Es licenciado en Humanidades y máster en Edición. Fue baterista del grupo punk "Mala Hierba" a los trece años y editor del fanzine "Sátira Coenta" a los quince. En los años noventa destacó como cantautor. Publicó la cassette "Futuro" (1998) y el disco "Con la miel en los labios" (2005). Desde hace un tiempo su actividad laboral gira en torno al mundo de la edición, donde trabaja como editor de mesa freelance, imparte clases en diferentes centros y asesora a otros autores. Actualmente dedica el tiempo a escribir y cuidar un huerto de naranjas ecológicas.
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Sinopsis
¿A quién le escribirías la última carta de tu vida?
El testamento de un escritor de novela negra empuja a su viuda, a su hija y a una antigua novia irlandesa —a la que abandonó años atrás sin explicación alguna— a convivir un verano en su casa de la playa junto a un taller de bicicletas en la costa mediterránea.
Hay novelas que no se pueden contar, ni tan sólo describir, porque sería como explicar un beso antes de darlo. "El hombre que arreglaba las bicicletas" es un verano en algún lugar de nuestro imaginario.
Ángel Gil Cheza consigue contagiarnos su particular modo de ver el mundo; un lugar en el que se escucha cada palabra, se atiende a cada gesto, y donde cada momento que compartimos con alguien cuenta.
Datos técnicos:
Título: El hombre que arreglaba las bicicletas
Autor: Ángel Gil Cheza
Editorial: Suma de Letras
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 256
Fecha de Publicación: 12/03/2014
ISBN: 9788483656372
Precio: 16.50€
Disponible en E-book.
ISBN: 9788483656426
Precio: 6,99€
Aquí puedes leer los primeros capítulos.
Opinión personal
"El hombre que arreglaba las bicicletas" es una novela que nos habla de los sentimientos, de las emociones que genera el amor en cualquiera de sus maneras (el amor de pareja, el amor de madre, el amor de amigo, el amor adolescente, etc.) y nos relata hasta dónde nos lleva ese amor, cómo cambia nuestras trayectorias, cómo las une y desenlaza, cómo teje relaciones imposibles, cómo tiende puentes entre las personas y qué huella deja en nuestras vidas. El amor que todo lo puede; el amor que todo lo mueve. Gil Cheza nos enseña que el amor forma parte tanto de nuestras vidas como de las de otros y que entre nosotros y aquellos, hilvana infinitos hilos de colores que nos mantienen conectados sin que, a menudo, seamos conscientes de hasta qué punto todos estamos interrelacionados.
Curiosamente, creo que la portada del libro, un tanto vintage, es una de las más acertadas que he encontrado en mi vida literaria. La caseta junto al mar en un día nublado, con sus colores azulados, nos invita a sintonizar emocionalmente con la historia en la que nos adentraremos. Los primeros capitulos, que sorprenden a todo lector, son una búsqueda. Cuando Artur Font, escritor de éxito de novela negra fallece, su mujer y su hija acuden con su abogado al notario para la lectura del testamento. Sin embargo, éste no puede ser leído hasta que asistan todos los herederos y entre ellos se cuenta Enda Berger, una antigua novia irlandesa. Evidentemente, todo ello supone una gran sorpresa para todos en especial para Noelia, su viuda. A Enda, Artur le ha legado un pequeño taller a orillas del mar dónde arreglaba bicicletas como hobby, cerca de la alquería Julieta, la casa que habitaba y que sigue siendo el hogar de su esposa e hija. Para más inri, Enda también es el nombre de la hija de Artur, lo cuál hace que Noelia empiece a imaginar cuánto significó aquella relación, dieciséis años atrás, entre la desconocida y el que fue después su pareja.
A partir de ese momento, asistimos a la insólita y bastante incómoda convivencia de estas tres mujeres bajo el mismo techo. Las últimas voluntades de Artur deben ser respetadas y mientras ponen en orden los papeles y Enda Berger espera vender la caseta, el destino hace que las tres deban conocerse. Mientras discurre el verano, asistimos a la distinta manera de cada una de ellas de afrontar esta situación y, a la vez, su forma de elaborar el duelo. El desconocimiento de la existencia de la una en relación a la otra (ninguna de las dos mujeres conocía su relación con Artur); la historia de amor entre Enda y Artur envuelta en un halo de misterio; los sentimientos compartidos en distintas épocas por el mismo hombre; el carácter tan distinto de Noelia y de Enda y su diferente proceder ante los hechos de la vida; la hija adolescente que las acerca y les tiende puentes para que puedan comprender tan extraña situación y lo que cada una significó en la existencia de Artur...De manera cálida, cercana, reflexiva e introspectiva vamos conociendo a estos personajes y sus circunstancias. Hay escenas duras, otras muy dulces.
En esta obra, el autor nos habla de los amores de juventud; de lo que queda por decir; del amor que no se olvida; de los secretos que guardamos; de cómo cada persona que uno ama está, de alguna manera, conectada con las anteriores o posteriores relaciones de su existencia; de las pasiones adolescentes; de los motivos, a veces insospechados, que motivan a las personas a abandonar una gran pasión sin dejar huella y, sin embargo, no lo olvidarla jamás; de lo sentimientos encontrados que genera el conocimiento de la vida sentimental de un hombre que ha simbolizado para ti un gran amor; de los caprichos que sólo el corazón conoce.
Los tres personajes de la historia son bien diferentes entre si al igual que su manera de pensar el mundo. Sin embargo, el escritor no nos decanta ni por uno ni por otro. Respeta cada visión y los hace crecer interiormente durante el tiempo en el que trascurre la historia, ese verano mediterráneo.
La novela se divide en cuarenta capítulos, bastante cortos, y el estilo es ágil, cálido, suave, lírico, metafórico. Gil Cheza consigue elaborar algunas frases dignas de guardar en la memoria del corazón para siempre por su hermosura, su certeza y la reflexión que comportan. El relato te conquista desde el primer instante, sin apenas darte cuenta, debido a una cierta dosis de intriga y al conciso desarrollo de la trama argumental. El autor sabe guiarte con maestría y mano firme, desde el primer instante hasta el último párrafo, a través del camino que desea que recorras junto a él. La historia que quiere explicarte te la desgrana con delicadeza y coherencia consiguiendo una novela singular, preciosa, profunda. Cuando la terminas, tienes la impresión que él mismo te la hubiera narrado en una tarde de estío.
La novela se sitúa en un pueblo de la costa castellonense en el año 2008 y existen algunos saltos, muy puntuales, que nos acercan a la Barcelona post-olímpica para poder comprender el pasado de nuestros personajes y esclarecer algunas situaciones.
Conclusión final
Conocía a este narrador pero no había leído ninguna obra suya y debo admitir que "El hombre que arreglaba las bicicletas" me ha enamorado. Me ha hecho reflexionar sobre múltiples temas: las emociones en general; la complejidad del ser humano; las relaciones madre-hija; el legado que dejamos, emocional y material, que dejamos al morir y el peso que puede llegar a tener en los que perviven; los secretos que todos llevamos dentro y lo desconocidos que podemos llegar a ser para los que nos rodean; el amor que todo lo puede (sin duda la fuerza más poderosa del Universo); el aprendizaje de la vida desde la adolescencia hasta la madurez, etc.
En definitiva, una obra estupenda, brillante, que posee un amplio abanico de matices y, por tanto, de lecturas y que trasciende más allá del papel. Una novela inovidable.
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