Reseña de «El imperio de los condenados» de Jay Kristoff: Un auténtico baño de sangre del que no querrás escapar

El imperio de los condenados es la sangrienta continuación de El imperio del vampiro, la irreverente historia de Jay Kristoff que se ha llegado a comparar con grandes obras de fantasía como El nombre del viento y Entrevista con el vampiro. Y, efectivamente, la trama de estas novelas de Kristoff tiene bastantes paralelismos con dichos libros, aunque el autor va mucho más allá, presentando una versión muy original de la figura vampírica y lo que podría ocurrir si estos perversos seres se alzaran sobra la humanidad. Si te gustan las historias góticas de vampiros y ya has simpatizado con el peculiar estilo narrativo del autor australiano, no te pierdas mi reseña. Te querrás beber este libro…

Gabriel de León (nuestro querido protagonista de la primera parte de la trilogía), continúa en El imperio de los condenados la narración de todo lo ocurrido años atrás, justo donde lo dejó en El imperio del vampiro. Frente a un interesado vampiro que recoge la crónica de sus memorias, el santo de plata se ve obligado a retomar los dolorosos recuerdos de cuando fue arrancado del lado de Dior, la joven que parece ser el santo Grial y a la que se considera la llave para acabar con la llamada muerte de los días o, lo que es lo mismo, la supremacía vampírica. Aunque la chica está empeñada en descubrir la manera de lograr liberar a la humanidad del yugo de los no muertos y cuenta con la inestimable ayuda de Gabriel y Celene (la hermana de éste), no tarda en ser raptada por una de las estirpes más antiguas de vampiros y trasladada a la corte para divertimento de sus bellos y crueles líderes. Mientras Dior, horrorizada, intenta sobrevivir a base de engaños y estrategias, irá descubriendo más sobre sí misma y los dones de su sangre y, junto a inesperados aliados, se empeñará en organizar una rebelión que podría costarle a vida a ella y a muchos más.

Por su parte, nuestro santo de plata favorito no se quedará de brazos cruzados e inicia una largo y peligroso viaje para encontrar y rescatar al Grial, lo cual supondrá enfrentarse a poderosos enemigos, pero también a antiguos amigos, mientras continúa torturándose por sus viejas y nuevas pérdidas, lacerado por el dolor, y se ve obligado a retomar la difícil relación con Celene, su hermana convertida en un monstruo a sus ojos. Y es que, precisamente Celene, es otra de las narradoras de El imperio de los condenados. Encerrada en una celda sin salida, la hermana de Gabriel también es interrogada por el cronista vampiro para que relate lo que le ocurrió a Dior en su cautiverio a merced de los señores vampiros, del que Gabriel no sabe nada. Así que, gracias a ella, iremos conociendo la estancia de la chica en la fortaleza, y todo lo sucedido hasta la gran batalla final, llena de giros en la trama, revelaciones y sobre todo, sangre, mucha mucha sangre.

Seguro que no te pilla por sorpresa, pero tengo que advertirte que esta segunda novela es todavía más cruel y dura que la anterior. Los vampiros de Kristoff son especialmente sádicos, disfrutan de lo lindo haciendo sufrir a los humanos, a los que consideran menos que nada, y su fuerza y poder desmesurados les hacen sentirse los dueños del mundo. Por eso, El imperio de los condenados es un auténtico baño de sangre en el que se enfrentan amigos contra enemigos, pero también amantes, hermanos, y cualquier pobre desgraciado que se cruce en el camino de un vampiro.

Por supuesto, se trata de una novela 100% recomendable, en la que Kristoff sigue construyendo este mundo en el que una religión similar a la cristiana tiene un importante papel y de cuya historia, fundadores, etc. conoceremos ahora un poco más. Eso sí, tal y como acaba el libro, no veo el momento de que se publique la conclusión de la trilogía para saber, por fin, toda al verdad.