Reseña de «El imperio del vampiro» de Jay Kristoff: Los vampiros tampoco se le resisten al escritor de fantasía más irreverente

Desde que Jay Kristoff publicó El imperio del vampiro yo estaba con el ansia viva de poder leerlo, porque la trilogía Crónicas de Nuncanoche fue una de mis mejores lecturas del año pasado. Aunque con tanto libro pendiente, no ha sido hasta ahora cuando le he concedido su más que merecido tiempo a tan esperada novela. En este inicio de su nueva trilogía vampírica, Kristoff no defrauda y nos regala una sangrienta historia de fantasía oscura en la que, mostrando un profundo respeto hacia la figura tradicional del vampiro, imagina otras manifestaciones del poder de estos no-muertos, imprimiendo su inconfundible sello con su peculiar e irreverente forma de contar los hechos. ¿Te apuntas a cazar vampiros?

Lo que primero me llamó la atención en El imperio del vampiro es su similitud o guiño a Entrevista con el vampiro, puesto que vamos a conocer la vida de su protagonista, Gabriel de León, a través de las respuestas que dará durante toda la novela a Jean-François, el vampiro que tirará de la lengua a Gabriel mientras permanezca encerrado en una celda, a la espera de un fatal destino al que parece que le han llevado los líos y problemas en los que se ha metido desde siempre. Pero, para comprender este enigmático presente con el que arranca el libro, primero tenemos que descubrir los orígenes de nuestro protagonista por lo que, al más puro estilo de El nombre del viento, un Gabriel adulto y aparentemente machacado por mil batallas, nos cuenta cómo empezó todo, cuando bien jovencito recibió la visita de unos extraños para llevárselo con ellos como nuevo miembro de la Orden de Plata. Esta es una organización religiosa dedicada a la búsqueda y caza de los vampiros desde que estos seres tomaron el control del mundo 27 años atrás, casi acabando con la raza humana de la que se alimentan y a la que esclavizan, obviamente, sin piedad.

Así, con un relato que alterna el pasado de Gabriel como aprendiz e iniciado en esta orden, y los acontecimientos posteriores en una misión suicida para proteger a la supuesta arma final capaz de acabar definitivamente con el imperio vampírico (un cáliz con sorpresa incluida), los recuerdos del cazador van componiendo un interesantísimo y oscuro escenario en el que los integrantes de la Orden de Plata buscan redimirse de su perversa naturaleza (uno de los puntos fuertes del libro) para acabar con la dictadura de los no-muertos. Precisamente, el descubrimiento y aceptación de esta peculiar condición de la que no voy a decir nada, es uno de los hitos en la vida de Gabriel, así como otros aspectos de su existencia como su amor por una de las novicias de la orden, o su amistad con otros compañeros, que irá marcando su toma de decisiones a lo largo de esta historia.

Además de por la deprimente atmósfera que tiñe continuamente el relato, las sangrientas escenas de acción, la delgada línea que separa el heroísmo de la estupidez, el comportamiento chulesco de muchos personajes, la sensualidad y sexualidad de algunos (sobre todo vampiros) y el lenguaje malsonante y soez de la mayoría de ellos, la peculiar pluma de Kristoff se nota en la originalidad con la que consigue equiparar la religión predominante en El imperio del vampiro con el cristianismo, a modo de una revisión más violenta y oscura, en la que tienen su propio mesías deificado, un redentor cuya herramienta de tortura en la que murió, la rueda, es su símbolo más universal (¿te suena?), pero en la que los apóstoles son fieros guerreros y los vampiros sus propios demonios. Por si fuera poco, en nombre de esta religión, también se comenten actos atroces e injustos e incluso existe una institución de inquisidores. Ja, ja, ja.

Como siempre me ocurre con los libros de este autor, me he metido de lleno en la historia desde la primera página, he disfrutado cada capítulo, reído con algunas ocurrencias, asqueado con ciertas escenas e imaginado este mundo fatalista sin apenas esperanza dominado por terribles vampiros y cuya salvación depende de héroes muy humanos, llenos de luces y sombras, con más mala que buena suerte y todo en su contra. Si te gusta la fantasía épica y el género vampírico, por favor, no te pierdas El imperio del vampiro, mientras yo lloro en una esquina porque todavía no se ha publicado su continuación y este primer libro termina con la narración de sólo el primer día, prometiendo desvelar mucho más en los siguientes. Como diría Gabriel: Paciencia.