Una noche oscura, un hombre llamado Jack entra en una casa y asesina a toda la familia: al padre, a la madre y a la hermana. Sólo se salva un bebé de casi dos años, que aprovecha la oscuridad para huir al cementerio que está al lado de su casa.
Ahí, los fantasmas se apiadarán de él y decidirán acogerle y educarle, otorgándole algunos de los dones que tienen los muertos y poniéndole el nombre de Nadie, Nad para los amigos.
Nos encontraremos con personajes curiosos, como Silas, tutor del niño y único enlace de este con el exterior o Scarlet, una niña que acude a pasear con su madre por la colina del cementerio. Pero Nad todavía no puede considerarse a salvo. El hombre que mató a su familia sabe que ha dejado un cabo suelto.
El libro del cementerio (Editorial Roca) es uno de los más amables de Neil Gaiman. El escritor británico despliega su prosa sencilla y profunda a la vez para describirnos el día a día de Nad. Es un libro que bebe directamente de El libro de la selva, de Kipling, y que ha sido incluso adaptado a novela gráfica.
Esta edición, además, cuenta con dibujos de Dave McKean, que colaboró con Gaiman en los cómics de The Sandman y que aporta un visión muy acertada de los cementerios ingleses. De hecho, la primera vez que visité Inglaterra fue lo que más me llamó la atención: que los cementerios están perfectamente integrados en la ciudad y que la gente no considera que pasear por ellos sea algo morboso ni desagradable, sino que constituyen auténticos remansos de paz.
La prosa de Gaiman es sencilla, pero alcanza hondas reflexiones. En el blog hemos hablado de otros libros suyos, como Mitos Nórdicos(cuya reseña podéis leer aquí).