Confieso que no había leído nada de la Premio Nobel de Literatura, pero el resultado no ha podido ser mejor. Os prometí reseña en la entrada de Halloween (podéis leerla aquí), así que vamos con ella.
Lo primero de todo, ¿es El quinto hijo (Editoral Debolsillo) una novela de terror al uso? Pues no. O sí. Digamos más bien que Doris Lessing es capaz de jugar con la ambigüedad, dejando espacios en blanco de forma muy inteligente para que sea el lector quien los rellene con sus propios miedos.
El libro cuenta la historia de la pareja formada por Harriet y Daniel Novat en la Inglaterra de los años sesenta. Desde que empiezan a salir, los dos tienen en mente tener muchos hijos, algo que choca con la concepción social de la época, en la que más valía tener pocos y bien cuidados que un montón y que crezcan de forma descuidada.
Sin embargo, ellos no cejan en su empeño, a pesar de la condescendencia de la familia cuando va a pasar las vacaciones con ellos. Los padres de él les prestan dinero y la madre de ella va a echar una mano. Y les miran por encima del hombro, y se atreven a juzgarles, pese a estar en su casa. Porque no entienden que tengan tantos hijos.
Influidos por el qué dirán de las respectivas familias, deciden tomarse un tiempo tras el cuarto embarazo. Pero no se sabe cómo, Harriet vuelve a quedar encinta. Ya desde el principio, se demuestra que algo va mal. El feto es bastante grande y la madre no puede descansar bien. Los médicos se ríen de ella y le quitan importancia a sus temores, diciendo que son paranoias de embarazada (algo similar a lo que ocurre en La semilla del diablo, de Ira Levin y oh wait! en la vida real).Y por fin nace el quinto hijo, Ben. Es anormalmente grande y toma demasiada leche, por lo que su madre siempre está cansada. Paralelamente, se demuestra que Ben tiene necesidades especiales, aunque no se nos dice qué, por lo que su madre comienza a hacer vida con él a espaldas del resto de familia. A medida que Ben vaya creciendo, la situación irá empeorando cada vez más. Las mascotas de los vecinos desaparecen y algunos niños se quejan de que los atacan. Pero, ¿cómo va a ser tan dañino un niño tan pequeño?
Doris Lessing juega con los miedos atávicos de la mujer no sólo en el embarazo. El sentimiento de fuerte premonición de Harriet, al que nadie hace caso, los temores de la pareja, etc., están reflejados con un estilo sencillo y accesible, revelándonos sin tapujos el verdadero horror de las noches insomnes, en las que nadie se cree nuestros temores.
"Me he vuelto muy intolerante con las ideologías. Pertenezco a una generación de grandes sueños, de utopías de sociedades perfectas, y lo que ha ocurrido es que ha habido mucha sangre. He observado a gente de mi generación que tenía grandes esperanzas y ahora la veo muy rezagada respecto a sus expectativas. Ya no creo en esos sueños perfectos y maravillosos"
Pero Lessing también juega con una realidad que sufren día a día las mujeres del mundo, el juicio crítico del resto de la sociedad hagan lo que hagan. Si se casan, si no se casa, si tienen un hijo, si no tienen hijos, si tienen muchos, en que están muy consentidos, en que son maleducados, etc. Toda mujer sufre un proceso de escrutinio social en torno a su vida que no ha solicitado y que puede afectarla mucho psicológicamente.
Es cierto que Doris Lessing introduce otros motivos de inquietud, pero es un libro de terror (o no) que transciende la mera maternidad para hacer pública una situación de estrés psicológico que en muchas ocasiones, los hombres no sufren.