Reseña de «El secreto» de Donna Tartt: Cuando la frivolidad gana a la moralidad

El secreto ha sido la segunda obra que he leído de la autora Donna Tartt, la cual descubrí hace un año y poco con la lectura de El Jilguero. Como esta novela me gustó tanto, me quedé con ganas de buscar algo más de Tartt y, finalmente, elegí El secreto para volver a disfrutar de su peculiar estilo narrativo. Así que ya puedo dejarte por aquí mis impresiones de esta novela, con un lado muy psicológico y profundo, y un ambiente de Dark Academia que me ha cautivado.

Richard es el protagonista de El secreto, un joven que nos cuenta en primera persona sus vivencias desde que llega a un prestigioso college de Nueva Inglaterra al que le cuesta adaptarse, teniendo en cuenta sus humildes orígenes y su casi traumática infancia marcada por la falta de afecto y la indiferencia de sus padres. Sin embargo, Richard se empeña en ser admitido en las exclusivas clases particulares del excéntrico profesor de griego del centro, junto a un curioso grupo formado por 5 estudiantes que fascinan al chico desde incluso antes de conocerlos personalmente. Poco a poco, Richard empieza  a compartir su tiempo con estos muchachos quienes, a pesar de sus aires de intelectuales y su manifiesto desprecio a la vulgaridad, abusan con frecuencia del alcohol, las drogas, y otros excesos que los llevarán a darle a su vida un rumbo que les marcará para siempre. Y es que, precisamente por querer unir sus inquietudes culturales con los derroches más frívolos, estos  compañeros acaban metidos en un lío del que, cuando Richard se entera, se convierte en cómplice. Pero esto no acabará aquí. El miedo de que su secreto sea descubierto, desencadenará otro acto atroz que, de un modo u otro, pesará sobre la conciencia de Richard (aunque no del modo que cabría esperar), y tendrá diferentes repercusiones en los integrantes del grupo.

En El secreto, el lector pronto aprende a odiar a los chicos de este grupo, no únicamente por las acciones que perpetran en ciertos momentos y su falta de escrúpulos hacia las mismas, sino, sobre todo, por su frívola actitud, su prepotencia, su clasismo y su carencia de principios. En todo momento, Donna Tartt ofrece un retrato de estos jóvenes en los que contrapone sus dotes académicas como las de traducir sin problemas lenguas muertas, con su ineptitud ante cosas tan cotidianas como usar un electrodoméstico y su ignorancia hacia acontecimientos tan relevantes como la llegada del hombre a la luna. Frente a la pedantería de estos 5 compañeros, Tartt coloca a Richard, un poco más sensato y centrado, pero que se deja llevar con facilidad por la locura de sus amigos, en su afán por ser aceptado y reconocido y que lo llevan incluso a sorprenderse de lo fácil que le resulta sobrepasar ciertos límites morales.

Toda esta historia se va desarrollando con un profundo análisis de la psicología de los personajes y sus comportamientos, con un ritmo que engancha desde el principio, pero al que le pongo alguna pega. Pasado el clímax narrativo, la autora empieza a divagar un poco, y al libro le sobran (en mi opinión) unas 100 páginas que me resultaron aburridas, hasta que mejora nuevamente con los últimos capítulos.

En conclusión,  El secreto es una novela muy recomendable, aunque para mí es superior en trama y ejecución la historia de El Jilguero. Si te gusta el ambiente de Dark Academia, tan de moda últimamente, y los relatos que indagan en la psicología humana, estoy segura de que disfrutarás de esta obra tanto como yo.