Decir Aleister Crowley es hablar de La Gran Bestia 666, del Hombre Más Perverso del Mundo, de Baphomet, del Frater Perdurabo, etc. Lo cierto es que su vida fue notable, tanto como sacerdote de su propio culto como espía o como personaje público. Su obra más conocida, El Libro de la Ley, es bien conocida a lo largo y ancho del mundo, sobre todo en círculos esotéricos.
Numerosas personalidades de la música rock, como Jimmy Page de Led Zeppelin, se han confesado seguidores del Mago Negro, y su mantra de “haz lo que quieras será la única ley” ha inspirado a numerosas personas.
Sin embargo, Aleister Crowley tiene otra faceta de escritor de relatos menos conocida. La editorial Valdemar publicó en su colección El Club Diógenes, veintidós de estos cuentos, algunos de los cuales no habían sido traducidos al español hasta ahora.
Hay que tener claro que ante todo, Crowley era un ocultista, un mago negro. Y como tal, los temas van a ser bastante siniestros: fantasmas, apariciones, pactos, lectura de mentes, encuentros con entidades de otros mundos, etc. Todo ello dota al presente volumen de un tono bastante lovecraftiano (eso, o que Valdemar unifica bastante el estilo de sus traduciones). El lenguaje, como suele ser normal en estos casos, es barroco, lleno de adjetivación, de exclamaciones, de interpelaciones al lector, de escenarios exóticos y de otros recursos que tuvieron su máxima vigencia en el periodo romántico.
Pero si el lector es capaz de penetrar esta capa, encontrará algunos relatos bastante notables, que fueron admirados incluso por escritores como Joseph Conrad, que también sabía algo sobre la maldad. Quizá el más notable del libro sea el que le da título, El Testamento de Magdalen Blair, el escalofriante diario de la mujer de un médico capaz de leer los pensamientos. El escritor Frank Harris lo consideró el relato terrorífico jamás escrito.
El resto de temas de los relatos son bizarros, grotescos y presentan (como no podía ser de otra forma) un marcado cariz fantástico. Pero si conseguimos separar estos elementos del argumento, nos llevaremos una gran sorpresa al descubrir que Crowley juega muchas veces con el lector, sobre todo en los relatos de misterio, mostrándole pistas falsas y escribiendo a la manera de Arthur Conan Doyle.Todos los admiradores del gran mago disfrutarán con este volumen, sobre todo por la posibilidad que ofrece de acercarnos a su figura de una manera veraz. Es muy interesante el prólogo escrito por Juan Antonio Santos(encargado también de la traducción) donde se nos proporcionan interesantes notas sobre la vida de Aleister Crowley. Como suele pasar con esta clase de personas polémicas, nunca se sabe dónde acaba la leyenda y donde comienza la vida. Empezar a leer sus relatos puede ser una buena manera de discernirlo.
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