Con En el otro viento decimos adiós a Historias de Terramar, la mítica saga de fantasía de la escritora Ursula K. Le Guin que he ido leyendo poco a poco durante el último año. Aunque da bastante pena despedir este universo plagado de hechiceros, reyes, dragones y magia, creo que esta última novela completa del todo la historia que Le Guin ha ido desgranando en las anteriores entregas, al poner por fin en un mismo escenario a los diferentes personajes principales que hemos ido conociendo a lo largo de toda la serie (Gavilán, Lebannen, Tenar, Tehanu, etc.), y concretando finalmente la trama para dar protagonismo a todos ellos. Toca volar lejos del mundo de Terramar pero, antes, acompáñame a despedirlo como debe ser.
Aliso, un hechicero que tiene miedo a dormir porque en sus sueños visita constantemente la tierra de los muertos, es el encargado de introducir la historia de En el otro viento, cuando sus pasos le llevan a pedir ayuda al (ahora retirado) archimago Gavilán, quien vive solo tras la partida de Tenar y su hija adoptiva Tehanu a Havnor. En Havnor gobierna el rey Lebannen a quien, si lo recuerdas, conocimos en la tercera novela como el joven príncipe Arren. Juntos, y con la ayuda de otros personajes como una muchacha dragón o la hija del rey de Kargas (enviada como canje político para casarse con Lebannen), deberán viajar a Roke para encontrar la manera de salvar a su mundo del desequilibrio que se ha producido y las amenazas que suponen tanto los muertos, como los dragones con los que antaño la humanidad forjó una alianza, ahora fragmentada. Mientras conocemos más sobre las leyendas, religiones y política de Terramar, también profundizaremos en los sentimientos y temores de estos personajes y sus complicadas relaciones entre ellos. Esto último es algo que me ha hecho disfrutar mucho porque, tras haber concedido un libro al desarrollo de cada uno de los principales personajes: Gavilán en Un mago de Terramar; Tenar en Las tumbas de Atuan; Lebannen en La costa más lejana, y Tehanu en Tehanu, es agradable verlos a todos participar en la conclusión de esta larga historia, con la ayuda de otros personajes nuevos que enriquecen la trama.
Mención especial merecen las líneas dedicadas a explicar las leyendas que hablan de la conexión entre dragones y humanos, el origen de la magia y la importancia de las palabras y los nombres, así como las distintas interpretaciones de la muerte o lo que ocurre más allá de la vida, ya que esta transición es uno de los temas principales de En el otro viento. La narración sigue acorde al estilo mostrado por la autora durante toda la saga, con un ritmo pausado, sin demasiada acción, pero sí muchas reflexiones importantes y alguna que otra dosis de aventuras.
Mi veredicto final acerca de Historias de Terramar es que esta saga de fantasía clásica puede suponer una más que agradable lectura para los amantes del género, llena de recursos típicos, pero con un enfoque original como el que siempre suele ofrecer Ursula K. Le Guin y con elementos que han inspirado a autores y obras posteriores como ya he ido comentando en algunas de mis reseñas de los anteriores libros. Espero que, cuando los vientos te sean propicios, te animes tú también a volar hasta Terramar.
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