En toda la plétora de escritoras latinoamericanas de terror que me encantan, como Dolores Reyes, Fernanda Trías, Mariana Enríquez, Liliana Colanzi, Mónica Ojeda, Silvia Moreno-García, Fernanda Lao, Solange Rodríguez Pappe, Samantha Schwebling, Fernanda Melchor y un largo etcétera, nunca había leído a ninguna autora cubana.
Daína Chaviano ha sido todo un descubrimiento. Extraños testimonios, prosas ardientes y otros relatos góticos (Ediciones Huso) es un conjunto de cuentos escritos con un aire fresco y capaz de interesar a todos aquellos que no les gusta demasiado el género.
Partiendo de un realismo mágico muy sui generis, Daína nos sumerge en los rincones más oscuros de la isla y de la realidad, donde moran todo tipo de criaturas y peligros inquietantes. A esto debemos agregarle algunos elementos eróticos.
Ya hemos visto que el boom sudamericano de escritoras de terror engloba todo aquello que denominamos gótico más el país del que es la autora. De este modo, tenemos el gótico argentino, el mexicano, etc. Fue Samantha Schwebling quien acuñó la etiqueta de "gótico andino", si bien el de Chaviano se ha calificado como "caribeño".
En general, y como todas las etiquetas, esta manía responde a la necesidad humana de tenerlo todo clasificado. Los rasgos son los mismos: historias de terror al uso a las que se les incorpora problemas relacionados con el universo femenino (feminicidios, embarazos deseados o no, relaciones entre madres e hijas) y un transfondo social generalmente basado en las dictaduras.
Influenciada por otros grandes del género como Edgar Allan Poe u Horacio Quiroga, Chaviano nos muestra a lo largo de estos relatos una realidad inquietante en la que nada es lo que parece.
Son cuentos en los que abunda lo paranormal, la cultura celta, a la que la autora es aficionada y también el erotismo. Una mezcla original para una escritora única.
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