Hace muuuuuuuucho que no os traía una reseña, exactamente desde noviembre -shame on me- y me disculpo pero tego un par de excusas: 1.Como os comente en el wrap up, no he leído algo que me haya inspirado tal deseo de compartir opinión por este espacio; y 2. He estado usando Goodreads y subo mini-reseñas por ese espacio -si desean ir a ver CLICK AQUÍ- Comencé Febrero con buen pie y un magnifico libro que os recomiendo de aquí al infinito y que sorpresivamente -no exactamente- resulto ser muy diferente a lo que pensaba seria. Este libro es Frankenstein de Mary Shelley y he aquí mi reseña -que se subió antes a goodreads but nobody needs to know-***
Mi OPINIÓN:
Al pertenecer al mismo género pero con tintes más oscuros y netamente siniestros, la fatalidad que llena este relato me ha dejado con la misma sensación que al terminar Nuestra Señora de París de Víctor Hugo... y agradezco mucho ello, ya que tras leer el antes mencionado me picó la curiosidad por el género y su tendencia a los desenlaces "nefastos" así como a mí me gustan. Antes de adentrarme a despotricar en contra de la industria del cine y la televisión por malversar y destruir la esencia de esta historia debo destacar que de no haber sido por una serie llamada Penny Dreadful no estaría siquiera escribiendo estas líneas... y ¿¿POR QUÈ?? se preguntarán muchos, pues como a la mayoría de ustedes me crié con esta imagen distorsionada del monstruo de Frankenstein como este "ogro" verde con tornillos al cuello y cicatrices y demás nonses que Hollywood decidió eran idóneos, y mi rechazo desde niña fue creciendo hacia el personaje y la historia... lo que cambió tal perspectiva fue la serie en sí, donde te presentan a Víctor Frankenstein -guiña a Harry Treadaway- cuyo encanto y sombrío aspecto me enamoró, así mismo como sus monólogos personales donde se debatía si sus actos eran meramente egoístas o una maldita genialidad.
A raíz de tales acontecimientos sentí una inmensa necesidad de leer la historia y un buen día como ayer -no sé cuándo lean esto- me decidí y VAYA SORPRESA.En primer lugar, OLVIDENSE de todo lo que crean saber sobre esta historia porque lo único apenas similar es el título -que ni siquiera hace alusión al monstruo sino al creador - ya una vez hacerse la idea solo queda el disfrutar... Mary Shelley nos introduce a la historia de una forma particular, muy propia de los libros del siglo al que pertenece y esos cambios de narrador, perspectiva y planos temporales me encantan en todos los sentidos... Nos presentan a un joven curioso en más de un sentido por la vida y los enigmas de la muerte, dedicado al indagar y descubrir hasta el más nimio detalle sobre el mismo y tras muchos años de estudios en el campo de la medicina y muchos experimentos surge la creación de una criatura cuya vida había abandonado hacia mucho ¿PERO CÓMO ES POSIBLE? crear vida a partir de la muerte ¿? acaso se encontraba dotado de los mismos conocimientos y habilidades de DIOS, quien hasta ahora el único conocido al que se le confería tal poder... luego de esto el relato se llena de muchas cavilaciones y constantes debates sobre la religión, la moralidad, la vida, la muerte, la humanidad, las emociones humanas y sobre todo la NECESIDAD DEL SER AMADO! El cómo te representan todos estos temas, recaen en la dualidad de Víctor/Monstruo y/o Creador/Criatura o como os parezca llamarles... tras ser abandonado por su Creador, la criatura se siente rechazado tal cual un hijo al ser abandonado por su padre, sin recuerdos de su anterior vida emprende todo un viaje de auto-descubrimiento que lo lleva a albergar los más terribles sentimientos de rencor y venganza hacia Víctor… que promete y llega a concretar un –buen- día.
“Nada hay más doloroso para el alma humana, después de que los sentimientos se han visto acelerados por una rápida sucesión de acontecimientos, que la calma mortal de la inactividad y la certeza que nos privan tanto del miedo como de la esperanza.” -Shelley
La fatalidad empieza aparecer de forma frecuente en la historia y carga cada capítulo de tragedia y desolación para nuestro protagonista, haciéndolo apartarse poco a poco del mundo hasta perder la cordura y la lucidez, conduciéndolo a un abismal sentimiento de tristeza absoluta –nuevamente nombro a mi querido y adoradísimo Harry Treadaway cuyos expresivos ojos transmiten de forma muy sincera todo lo que Víctor siente-
