El 1 de Julio apareció una reseña de mi libro de relatos Koundara en El Cultural de El Mundo. La firmaba Elena Costa. La reproduzco aquí:
Narrador, poeta y bloguero deLa ciudad sin cines(“uno de los blogs más innovadores
que he leído” según Gonzalo Torné),David
Pérez Vega(Madrid, 1974) traza a través de los relatos deKoundarauna suerte de mapa del fracaso y el
desconcierto. Da igual que nos encontremos en una aldea africana al pie del
Kilimanjaro, en un almacén de ropa de Móstoles, en un barrio marginal de
Londres o en plena Gran Vía: en todos ellos vagabundeanlos personajes de Pérez Vega, con sus frustraciones
personales, sus desventuras laborales y sus secretas rendiciones. La mayoría comparte además con su autor cierta
inestabilidad existencial y laboral, ya que Pérez Vega estudio Físicas, se
cambió a Dirección de Empresas, trabajó como auditor de cuentas en una
multinacional y hoy es profesor de economía y matemáticas, además de haber
publicado varios libros de poesía y tres novelas.
Dividido en dos secciones, “Viajes” y “Bajo determinadas
circunstancias”,el
volumen reúne relatos de muy diversa extensión, unidos en ese atlas universal
de la desesperanzaque tan bien representa “Acrópolis”. En este cuento,
Eduardo, su protagonista, que abandonó con su pareja los estudios
universitarios, se enfrenta al inminente cierre del almacén en el que trabaja
mientras su mujer planea abandonar su puesto en una gestoría ante la
competencia desalmada de sus “compañeros”. Mientras, al otro lado del espejo,
les acompañan Carlos y Silvia, que han preferido sacrificar sus vidas por la
prosperidad. “La balada de Upton Park” une a la incertidumbre y la derrota de
Sebas un desopilante sentido del humor que le inmuniza de compañeras de piso
altamente peligrosas (una le amenaza con un cuchillo, otra le grita que está
maldito mientras se la llevan al psiquiátrico). Los relatos, auténticos bocados
de realidad,retratan con
talento una educación obsesionada por el dinero, parejas al borde del
desahucio, alguna adolescencia perpetua, y una inabordable soledad.
Se puede leer la reseña en el web de El Cultural pinchando AQUÍ