Reseña de «La cabaña del fin del mundo» de Paul Tremblay: Una claustrofóbica historia de supervivencia y sacrificio

La cabaña del fin del mundo es la segunda novela de Paul Tremblay que cae en mis manos. Conocí a este autor con la lectura de Una cabeza llena de fantasmas, un libro de terror que, a pesar de tener una temática muy diferente a la historia que reseño aquí, sí que comparte una serie de elementos que ya me parecen como típicos del original estilo de Tremblay. Y creo que se trata de un escritor del que quiero seguir su obra, aunque no estoy muy de acuerdo con las alabanzas que recibe, por ejemplo, del mismísimo Stephen King, elevándolo muy por encima (a mi parecer) de la calidad real de su obra. Pero eso es harina de otro costal, porque para gustos, los colores. Yo me limito a contarte un poco de qué va esta historia que recientemente ha sido llevada al cine por M. Night Shyamalan bajo el título Llaman a la puerta, así como mis impresiones.

Me consta que este cambio de título (que imagino viene motivado por la existencia de otro film llamado La cabaña del fin del mundo), ha generado un poco de confusión, de forma que a algunas personas les ha sonado mi sinopsis de este libro cuando la han visto en mis redes sociales, aunque no tenían del todo claro si era o no el libro que había inspirado a la cinta de Shyamalan. Si  has visto esta película, ya conoces el argumento: Una familia pasa unas relajadas vacaciones en una cabaña rural en medio de un paisaje idílico. Pero este sueño pronto se transforma en pesadilla, cuando cuatro desconocidos llaman a la puerta de la cabaña  tras ganarse primero la confianza de la pequeña Wen. Los indeseados visitantes acaban entrando por la fuerza en la casa para plantearles la decisión más difícil y horrible de sus vidas, así como para obligarles a tomarla por las buenas o por las malas. Los padres de Wen deberán escoger entre asesinar a algún miembro de su pequeña familia de tres personas, o bien no hacerlo para desencadenar de esa forma (no se sabe muy bien cómo) un apocalipsis al que acabará sucumbiendo toda la humanidad. Como es de esperar, ninguno de los tres está dispuesto a aceptar tales condiciones de unos desconocidos a los que consideran unos locos o fanáticos religiosos, y se niegan a sacrificar a nadie, lo cual provocará una serie de actos repletos de violencia y horror.

Bajo esta premisa se desarrolla una historia de supervivencia claustrofóbica y opresiva, llena de tensión, que tiene el mérito de componerse con muy pocos personajes y en un escenario muy reducido (la cabaña y un poquito de sus alrededores). La lectura de La cabaña del fin del mundo puede ser agobiante para un lector que simpatice con los protagonistas lo cuales, atados e indefensos, son sometidos a un tormento psicológico y físico del que sólo tratan de escapar y cuyos sentimientos y reflexiones se exponen sin tapujos para que esta pretendida empatía sea más efectiva.  Por el contrario, el comportamiento de los atacantes y sus verdaderas motivaciones o creencias, quedan ocultas las mayor parte del tiempo, acrecentando así las sensaciones de misterio, secretismo y miedo que pueden despertar en el lector. Aunque bien cargada de violencia, sangre, y con bastante acción a pesar de lo limitado de las dimensiones, esta novela adolece de contar con un ritmo narrativo lento (demasiado en ocasiones) y lo interesante de la trama se pierde a ratos en conversaciones aburridas o escenas que aportan poco o nada. Además, si lo que te engancha de este libro es saber el motivo por el que estos captores vienen convencidos de que se va a acabar el mundo y si esto es cierto o no, te va a resultar tan ambiguo como a la familia protagonista, porque este aspecto queda muy abierto a la interpretación de cada uno. Te vas a quedar sin respuestas, eso ya te lo digo yo.

En definitiva, esta obra ofrece misterio, violencia, reflexiones y un continuo coqueteo con lo sobrenatural, sin llegar nunca a descubrir si hay o no algo paranormal detrás de todo, lo que me recuerda a Una cabeza llena de fantasmas (por lo que te comentaba al principio de esta reseña que ya empezaba a ver un patrón en el estilo de Tremblay). La historia está muy bien, es muy psicológica y absorbente, pero he echado en falta un poco más de empuje, algo que la hiciera realmente inolvidable, y no lo he acabado encontrando.

¿Recomendable? Sí, yo te  recomiendo este libro. ¿Te pierdes mucho si no lo lees? Pues tampoco, no es imprescindible y ya depende de ti y del momento lector en el que te encuentres. Eso sí, no vayas a leerlo en una cabaña alejada de la mano de Dios…