La casa de la fortuna de Jessie Burton es la continuación de La casa de las miniaturas, un libro que leí hace ya bastantes años, cuya peculiar y enigmática trama me enganchó muchísimo a pesar de tener un ritmo algo lento. Cuando descubrí que esta nueva historia de la autora estaba disponible para préstamo en eBiblio (una biblioteca digital con un extenso e interesante catálogo a la que acudo en ocasiones), no dudé en hacerme con una copia, cuya lectura me ha durado un suspiro. Creo que tanto la autora como su obra no son muy conocidas (al menos en España), así que te invito a que le eches un vistazo a mi reseña sobre La casa de la fortuna.
Esta vez, la narración se sitúa a principios del siglo XVIII, 18 años después de lo acontecido en La casa de las miniaturas, para llevarnos a un reencuentro con Nella Brandt (la protagonista de la anterior novela), que sigue viviendo en la gran casa de un acomodado barrio de Ámsterdam. Ahora, Nella convive con su sobrina Thea (hija de la hermana de su difunto marido, a la que ella misma ha criado), Otto, el padre de la joven, y su querida sirvienta de toda la vida, Cornelia. Debido a la caída en desgracia que sufrió la familia Brandt cuando salió a la luz la homosexualidad del señor Brandt, y otros escándalos inaceptables en la época como la relación de su hermana con Otto, un criado de color, los habitantes de la mansión se encuentran en apuros económicos, y se ven obligados incluso a vender sus muebles y posesiones para poder salir adelante. Para Nella, la única salida posible a esta larga crisis que empeora por momentos, es conseguir casar a Thea con algún adinerado caballero, y la oportunidad le llega cuando conoce a un rico abogado que parece mostrar interés por su sobrina. Pero la chica, soñadora e indomable, no está dispuesta a casarse con un desconocido, más si cabe cuando está enamorada de un pintor al que visita a escondidas cada vez que tiene ocasión. Todo se complica para la joven cuando, además de recibir paquetes que contienen extrañas miniaturas, recoge de la entrada de la casa notas anónimas de chantaje, en las cuales se le exige dinero a cambio de no revelar a la sociedad que tiene un amante. Atrapada en un hogar lleno de secretos en el que el nombre de su difunta madre se susurra de pasada y a la que no tiene forma de recordar porque murió a darle a luz, Thea empieza a ansiar más que nunca una libertad que parece estarle prohibida mientras teme marchitarse en un matrimonio impuesto como le ocurrió a su tía Nella.
La propia Nella, por su parte, en su afán por procurarle un mejor futuro a su sobrina, incurre en los mismos errores que la llevaron a ella misma a desposarse con un hombre frío y desinteresado, sin voz ni voto en las decisiones tomadas por unos padres que acabaron por enclaustrarla en una casa enorme, totalmente dependiente de otras personas. Sin embargo, con el tiempo Nella empezará a comprender realmente lo que quiere y a ser consciente de su poder de decisión en su vida, por lo que La casa de la fortuna termina con una evolución que, por fin, hace justicia a este sufrido personaje.
En esta novela los temas más recurrentes son la familia, las ataduras sociales, la ambición y, sobre todo, la libertad, con la que cada uno de los personajes sueña a su manera. Bajo el manto de frivolidad social que salpica a las personas de su condición, encontramos a una familia íntegra y unida, que se ha visto obligada a adaptarse a una situación hostil y lucha desesperadamente por crecer y prosperar. La esencia de esta historia, pues, incluye los vínculos familiares como hilo conductor de este relato en el que no falta el misterio encarnado (al igual que ocurriera en La casa de las miniaturas) en la presunta presencia oculta de una miniaturista que parece conocer el destino de la familia Brandt, aunque este tema está mucho mejor desarrollado en el anterior libro.
La lectura de La casa de la fortuna es tranquila, no hay apenas acción pero sí muchos elementos que te van enganchando (misterios, revelaciones, traiciones) y la carga emocional de los personajes, con los que pronto se empatiza, ayuda a meterte todavía más en esta historia que, como te dije, a mí me ha durado muy poco y que te recomiendo con creces. Curiosamente, ni sabía que este libro existía hasta que lo vi una vez publicado, pero ahora me he quedado con las ganas de que haya una tercera parte, en la que Jessie Burton profundice en todos los cambios que tienen lugar al final de la historia. ¡Habrá que esperar!