Reseña de «La casa de la orilla» de Daphne du Maurier: Cuando el pasado es más deseable que el presente

La casa de la orilla de Daphne du Maurier, es básicamente una novela de viajes en el tiempo, pero con un enfoque un tanto diferente al que solemos estar acostumbrados encontrar en cine y literatura. En lugar de la típica máquina del tiempo, en esta original historia es una droga la que propicia que quien la consuma pueda visitar una época concreta del pasado, idea a través de la cual la autora construye la trama de este libro, que llevaba mucho tiempo en mi pila de lecturas pendientes y que por fin he podido disfrutar.

Esta historia atípica arranca cuando Dick es invitado por un compañero y profesor de su universidad a pasar unos días en su agradable caserón de Cornualles. Encantado de escapar durante un tiempo de su monótona vida familiar, nuestro protagonista accede, pero poco se imagina lo que le espera en este idílico lugar, puesto que su amigo en realidad lo que quiere es utilizarlo como conejillo de indias para averiguar  los efectos que tiene una sustancia que él mismo ha inventado y que tiene la capacidad de hacer viajar a quien la toma al siglo XIV.  De esta forma, cuando Dick descubre que con esta droga puede recorrer el mismo terreno que pisa, pero de varios siglos atrás, empieza a engancharse a la adrenalina de ser testigo invisible de una época tan lejana a la suya, así como a  empatizar con algunas de las personas que va encontrando, e incluso se enamora de una dama… Sin embargo, los efectos de este estupefaciente también incluyen la desorientación, confusión y pérdida de conexión con la realidad, convirtiendo sus viajes en un trayecto cada vez más peligroso… ¿decidirá pues poner fin a sus emocionantes aventuras o tomará grandes riesgos para seguir viviendo dos épocas a la vez?

Con el talento que la caracteriza, du Maurier propone en La casa de la orilla, un absorbente relato que combina la narración del mundo actual de su protagonista, con la descripción de costumbres de una época con la que éste cada vez se siente más cómodo. Las personas que habitaron alrededor de la casa de su amigo durante el siglo XIV, pronto se convierten en una especie de amigos para él, llegando incluso a investigar sus vidas desde el presente. Además, la escritora logra  transmitir muy bien las sensaciones de desconexión  con la realidad que Dick experimenta cada vez con mayor intensidad, así como la desgana con la que acaba afrontando su propio tiempo, y cómo toma distancia con su propia familia, al mismo tiempo que cada día estima más a las personas que vivieron en el pasado y a las que echa de menos una vez que los efectos de la droga terminan, arrancándolo de golpe de su lado.

Aunque hasta la fecha mi libro favorito de esta autora es Mi prima Rachel, La casa de la orilla me ha parecido una novela de diez, y no puedo dejar de recomendártela. Como suele ser común en su obra, du Maurier ahonda en sentimientos como la soledad, la melancolía y el anhelo, con un profundo análisis de la complejidad emocional del ser humano, sin pasar por alto ese toque romántico que tiene siempre el presentar épocas pasadas y su atmósfera.

A pesar de que me encanta esta autora, todavía me queda por leer muchas de sus novelas, así que te aseguro que es cuestión de tiempo que puedas encontrar por aquí reseñas de todas ellas.