La chica pájaro (Blackie Books) es una historia bellísima y también llena de dolor. A December la abandonó su madre cuando apenas era un bebé que aprendía a gatear. No recuerda el instante, pero sí la herida de su espalda, el punto donde van a crecerle las alas algún día.
Así, al pasar de una casa de acogida a otra, December conoce finalmente a Eleanor. No sólo es una madre más de acogida, sino también una persona que ama profundamente la naturaleza, a los pájaros y las plantas y que es la persona idónea para criar a December. El problema es que December ya no confía en nadie, sólo en su capacidad para volar.
Es un libro con varias capas de lecturas. Por un lado, es un middle grade para niños de ocho a doce años. La historia habla de la tolerancia y del respeto, y de cómo debemos respetar los deseos de aquellas personas a las que queremos. Es un libro que incide en la tolerancia. Pero además tiene una capa de lectura más profunda y simbólica, llena de arquetipos, que van desde el propio nombre de la protagonista hasta las alas.
“¿Qué te gustaría conocer?Me gustan los libros juveniles, pero no los que son condescendientes pensando que su público no va a entender la historia. Este libro es muy bueno porque es sutil. Y tiene un estilo sencillo a pesar de sus metáforas. Y la traducción de Gemma Rovira está muy cuidada.
-Seguramente no sería un país, una ciudad ni un pueblo. Tampoco sería una casa. Yo prefiero conocer a personas. Se parece mucho a conocer un lugar, solo que, en vez de calles o edificios, o de otros puntos destacados, aprendes el significado de sus gestos, qué tono tiene su voz cuando están contentos, si les gusta cantar o si prefieren solo escuchar…”
En realidad La chica pájaro sirve para todas las edades, porque habla de la adolescencia y del dolor que conlleva que te salgan las alas para echar a volar. Y eso es algo que hemos vivido todos.