Cuando hablamos de relatos inquietantes, muchas veces nos vamos a las autoras latinoamericanas, que son las más proclives a este tipo de literatura. Sin embargo, aquí en España tenemos a una de las mejores cuentistas que escribe también relatos desasosegantes que se basan en temas comunes.
El libro está formado por seis relatos de extensión variable, todos con elementos aparentemente normales. No estamos hablando de un terror al uso, sino más bien de un desasosiego psicológico. El ritmo es pausado y sin estridencias, y va metiendo poco a poco al lector en el corazón de la historia.
La habitación de Nona (Tusquets Editores) cuenta historias extrañas del día a día. Una niña está convencida de que su hermana Nona (de la que todos dicen que es especial) esconde un gran secreto en su habitación; una mujer que va a ser desahuciada acepta la invitación de una anciana desconocida a tomar café a su casa, sin pensar en las posibles consecuencias; unos niños están de visita en un museo comentando un cuadro hasta que de repente una niña hace un comentario inquietante que hará que todos dejen de contemplarlo de la misma forma. Una mujer que se aloja en un hotel de la Gran Vía sale a dar una vuelta y de repente vive un salto en el tiempo que le lleva al pasado. Una niña que pasa el verano con sus tíos descubre una tribu amazónica que tal vez sea imaginaria, pero que traerá muchas consecuencias al plano real.
Destaca el tratamiento que le da a la infancia, como reino feliz donde todos somos inocentes, pero donde también se esconde un deje de crueldad hacia el resto de niños. Es además en esta fase donde se forma la identidad del resto de personajes del libro, la mayoría mujeres atormentadas que arrastran un peso invisible tras de sí. Otras veces es la propia escritora la que se mete en el texto como un personaje más.
“Sí, yo creo en lo que veo... y en lo que no veo. La realidad a mi parecer tiene muchos aspectos que no nos explicamos. Está llena de agujeros negros, por los que caes o te metes, como yo, para investigar. Y también están los sueños”.
Son relatos originales, conmovedores y muy bien escritos, que nos asustan, nos conmueven y nos producen risa a partes iguales. Cristina Fernández Cubas es tal vez la mejor relatista española y cuenta con un dominio prodigioso de los ambientes y de las situaciones para hacer cómplice al lector y meterlo dentro de su mundo incierto, poblado por personajes oscuros, pero no muy diferentes a cualquiera de nosotros.