Reseña de «La hija del Nilo»: La interesante versión de Javier Negrete sobre la vida de Cleopatra

Con La hija del Nilo he tenido la oportunidad de acercarme, por fin, y después de varias recomendaciones de otros lectores, a la obra de Javier Negrete, escritor sobre el cual ya me he formado una idea acerca de su talento para la novela histórica. Aunque he visto plasmada muchas veces la figura de Cleopatra en el cine y la literatura, nunca había leído un libro en el que la reina egipcia fuese la protagonista. Este fue un factor determinante a la hora de elegir esta novela para conocer a Negrete, además de que pude acceder a un ejemplar en el servicio de Bibliometro de mi ciudad. Por si fuera poco, en este libro también aparecen otros personajes históricos como Pompeyo y Julio César, en una original contraposición entre lo vivido por una jovencísima Cleopatra y los acontecimientos bélicos en los que Julio César estaba inmerso en la misma época. Ya ves que pinta muy bien.

La hija del Nilo comienza con Cleopatra, apenas adolescente, huyendo junto a sus 3 hermanos del asesinato orquestado por su hermana mayor, usurpadora del trono de Egipto, lo cual le obliga a aprender a crecer siendo perspicaz y desconfiada con todo el mundo, guardándose siempre las espaldas de posibles complots y traiciones. Cuando unos años después se sienta en el trono junto con su hermano Ptolomeo, rechaza tozudamente casarse con él según su costumbre familiar, provocando así una serie de consecuencias que conducirán a un enfrentamiento inevitable. Paralelamente, asistimos a las batallas que Julio César está llevando a cabo en plena guerra civil contra Pompeyo, con especial énfasis en la famosa batalla de Farsalia, magistralmente narrada por Negrete. Ambos relatos irán desarrollándose hasta converger al final en el esperado encuentro entre Julio César y Cleopatra. Mientras que la reina de Egipto se pregunta si el romano es el hombre al que vaticinó su abuela que debería unirse por ser el más poderoso del mundo, el propio César queda deslumbrado por la inteligencia, astucia y belleza de Cleopatra. El resto, como bien sabemos, es historia.

Y es que este libro tiene mucha historia, bien documentada y narrada de manera amena (al menos en mi opinión) sin que el libro se haga denso a pesar de su considerable tamaño. Pero también hay ficción, puesto que el autor debe tirar de imaginación para componer la vida de Cleopatra en su primera juventud, antes de ser una pieza clave en Egipto y el Imperio romano. Esta primera parte de la novela es interesante, engancha y casa de manera completamente natural con el resto de posteriores acontecimiento mejor documentados por la historia. Las páginas dedicadas al enfrentamiento entre los cónsules romanos tampoco se quedan atrás en lo que a calidad se refiere, y hacen justicia a César, un estratega brillante y líder nato, con un lado muy humano lleno de cargas y miedos. El autor nos lleva de la mano a recorrer antiguas maravillas como el mítico faro de Alejandría o el famoso Coloso de Rodas que, incluso derruido, se presenta como majestuoso e impresionante. Además, conocemos interesantes datos como el funcionamiento del Nilo y la importancia de sus crecidas en la economía y sociedad de las ciudades que lo recorren, y otras costumbres de la civilización egipcia, sobre todo.

La única pega que pondría sin poder considerarse como tal, es que me hubiese encantado que el libro tuviese 500 páginas más y profundizase en el resto de acontecimientos protagonizados por Cleopatra y otros personajes como Marco Antonio. Incluso he buscado por internet si Negrete había publicado una continuación. Pero, de momento, nada. Aunque hay mucha literatura sobre el tema, me ha gustado tanto el estilo del autor que me hubiese encantado leer su adaptación de esta fascinante época histórica hasta el asesinato de Julio César. No ha podido ser…

La hija del Nilo no puede faltar en las estanterías de ningún amante de la historia novelada, y, por lo que he podido comprobar, la obra de Negrete parece merecer mucho la pena. Ahora comenzaré la tarea de ir haciéndome con toda su bibliografía. ¡Te iré informando!