Si por algo destaca la escritora Angela Carter es por saber dar la vuelta a los cuentos tradicionales clásicos o cuentos de hadas y dotarlos de una perspetiva más moderna y acorde con nuestros tiempos.
Pero no siempre se trata de cuentos de hadas en el sentido estricto. En este, sí que intervienen algunos de los elementos comunes a los cuantos tradicionales, pero no interviene nada sobrenatural.
La juguetería mágica (Editorial Sexto Piso) se ha calificado como una fase gótica temprana de esta escritora, aunque a mí no me lo parece. Es una novela demasiado actual para tener elementos góticos, aunque sí que adelanta otros a su tiempo.
Melanie, Jonathon y Victoria están pasando unos días de vacaciones en el campo cuando les informan de la muerte de sus padres. Tienen que irse a vivir a las afueras de Londres con el hermano de su madre, el tío Philiph. Aunque es un juguetero prodigioso, no trata nada bien a su familia y está empeñado en organizar sus propias obras de teatro para ellos.
Su mujer Margaret es muda y también viven con ellos los hermanos de esta Finn y Francie, que además de ayudar en el negocio, se alquilan para tocar música irlandesa en bodas y comuniones. Este extraño trío de hermanos causará sensación sobre los huérfanos, que también tendrán que colaborar en la juguetería y en las inquietantes obras de teatro que su tío inventa.
Así contado recuerda más a Dickens que a los cuentos de hadas tradcionales, si bien hay un par de imágenes muy poderosas en la novela, aunque son completamente mundanas. Aunque en ciertos aspectos puede recordar a Barbazul, en realidad está hablando a otros niveles del despertar sexual y de la emancipación de la mujer en la época.
Son temas que apuntaban las primeras novelas de Angela Carter y que con el tiempo cogerían más fuerza en sus obras. Es una lectura entrenida que se leer rápidamente y que deja un buen sabor de boca, pero a la vez sirve de anticipo a lo que podemos encontrar en obras posteriores de la autora.