Tengo que confesar que cuando vi la contraportada de esta novela dije “¡Sí! ¡Por fin una novela juvenil que sobre una traductora! Seguro que me encanta”. Pero, queridos lectores, imaginad mi sorpresa cuando descubrí que en realidad, el hecho de que la protagonista sea traductora, poco o nada afecta a la historia.
EL VERANO DE LA NUTRIA, de Milagros Frías Algaida Cómpralo en Popular Libros No está disponible en ebook
Clara, una joven traductora que acaba de romper con su pareja, logra con un golpe de suerte superar el bache sentimental y económico que se produce tras su ruptura. Al llegar las vacaciones decide irse un mes a uno de esos paraísos terrenales que el avión deja a tiro de piedra, pero el viaje se tuerce y la aventura se convierte en una trágica experiencia. “El verano de la nutria” es una historia vibrante, llena de matices, una sucesión de lugares idílicos y sombríos recreados en todo su esplendor, escrita con la profunda ligereza que imprimen los sucesos acontecidos sin tiempo a reaccionar, que estimulan, apenan y nos marcan.
Mayo de 2010 297 pp 20’00€ 978-84-9877-422-1
Con esta primera decepción, seguí sumergiéndome en la trama de esta novela. La verdad es que la introducción es buena: te explica lo que pasó con la relación y cómo Clara llegó a la conclusión de que quería hacer un viaje tan maravilloso que fuera inolvidable. Y efectivamente, lo fue, pero no de la forma que ella quería. Sin embargo, sí de la forma que yo esperaba. Y no porque yo hubiera previsto el gran drama que se avecinaba, para nada. El hecho es que la autora nos dice que va a pasar algo malo desde que empieza el libro, y eso es algo que a mí, personalmente, no me gusta demasiado porque creo que hace que la intriga se esfume.
Si sabes que algo malo va a pasar, no te sorprendes cuando eso ocurre, ya que lo estás esperando desde las primeras páginas. Evidentemente, mis queridos lectores, no puedo contaros qué es lo que pasa porque entonces, no tendríais ningún motivo para leer este libro, os habría quitado todo el suspense que pudiera haber.
Milagros Frías nació en Jerez de los Caballeros (Badajoz), es periodista y está vinculada al sector editorial. A esas alturas de la vida en las que las certezas son más inconsistentes que nunca, apuesta por la imaginación para exorcizar los fantasmas del tiempo que convierten en memoria todo lo que tocas.
“Mi viaje, de placer, por todo lo alto, pagado con un premio, no tenía mayor mérito. Quería resarcirme con un falso “todo incluido” del apuro sentimental y económico, cortar con una inercia que me metía de cabeza en territorio adulto, todos mis amigos acoplándose a formas de vivir convencionales, menos yo, que sin pareja comenzaba el juego desde la casilla número uno tirando el dado. Desde la distancia podría retomar la situación con valentía y remediar a la vuelta lo que no me gustara, pensando exclusivamente en mí.”
Lo que sí me ha gustado de la novela es la forma en la que está escrita. Muchas veces, aunque sea una buena historia, si no está escrita bien, se convierte en una mala novela. En este caso no ocurre esto, sino todo lo contrario: a veces parece que está demasiado bien escrita para lo predecible y fácil que es la historia. Lo sé, lo sé. No hago más que criticar esta novela. Quizás sea porque me esperaba otra cosa distinta o porque creía que iba a ser un relato genial que me iba a encantar y luego me decepcionó. No sé. Pero el caso es que me ha parecido una novela vacía, donde el personaje no evoluciona aunque siempre pide cambios en su vida. Quizás no era el momento perfecto para leer este libro. El caso es que me gustaría que vosotros le dierais una oportunidad, que lo leáis y analicéis si os ha gustado y porqué. Puede que no sea un libro tan decepcionante y lo que pasa es que yo he sido muy crítica, que también puede ser.
Ya no temía a la muerte. Yo también moriría de un modo similar. La enfermedad atacaría y el organismo no podría vencerla. Fin: La tierra seguiría girando sobre su eje, el sol saldría por el Este y se pondría por el Oeste, y el ocaso sería la constatación de que la belleza nace y muere, muere y nace, y si no sucediera así el mundo no existiría. Un devenir plano es la nada.
ESCRITO POR LIDIA
Lidia es estudiante de traducción y fiel defensora de las humanidades, con una gran necesidad de aprender constantemente. Es una persona curiosa y persistente, de carácter alegre pero no siempre optimista.