En Los Averni, Laura Blanco Villalba hace gala de un talento narrativo que viene a demostrar que es un error leer únicamente autores consagrados o best-sellers, y pasar por alto otros cuyos libros autopublicados o publicados por editoriales pequeñas o independientes son auténticas joyas de la literatura. Y es que, durante los años que llevo escribiendo reseñas para mi blog, he descubierto escritores que me han encandilado, y uno de ellos ha sido Laura, sin ningún género de dudas. Si te quedas por aquí, ya verás como tú tampoco podrás resistirte a leer su original novela de vampiros, sin que haya manipulación mental vampírica de ningún tipo de por medio, lo prometo.
La historia de Los Averni empieza justo donde se quedó en La Sirin, y nos devuelve a la logia vampírica de Boston, envuelta en una lucha por el poder en la que resulta relevante la labor de Fanque y Marcos, los escribas de sangre que ya conocimos en la primera novela. Antes que nada, cabe recordar que los escribas de sangre tienen la capacidad de, mediante la ingesta de sangre extraída a un descendiente de una persona en concreto, acceder a las vivencias de dicha persona. Así, en esta ocasión, en lugar de “leer” la sangre de Mary (protagonista de La Sirin), le toca el turno a la de su marido, Robert Wright, a través de cuyos recuerdos el lector descubrirá junto a los No-Muertos todo lo ocurrido al joven matrimonio desde su boda, tras la cual deciden ir en busca de Julia, la prima de Mary que el petulante vampiro Gilles secuestró y que, esquivamente, va recorriendo ciudades europeas como París, Viena, Frankfurt, etc.
En Los Averni resulta absolutamente fascinante ver cómo poco a poco, los Wright van creando de la nada una organización destinada a luchar contra los vampiros, aumentando con el paso del tiempo tanto sus recursos materiales como humanos, a la vez que su familia va creciendo con, incluso, sorprendentes incorporaciones. Además, mientras que en La Sirin, el estilo narrativo y la trama se erigían como un homenaje a la autora Jane Austen, en esta segunda parte Laura hace un guiño a Mary Shelley y su Frankenstein, sobre todo mediante una magistral forma de otorgar a uno de sus personajes el afán de preservar la vida a cualquier precio y desafiar las leyes de la naturaleza que ya nos aterró en el famoso científico que Shelley construyó para su novela. Todo de una forma lógica y perfectamente compatible con una historia de este género, y que da lugar a una de mis escenas favoritas del libro.
Aunque puedes leer Los Averni sin pasar antes por La Sirin y entender bien su trama, creo que es muy recomendable que empieces por la primera parte para que, además de disfrutar de una buena historia y completar mejor todo su contexto, admires la manera en que la autora logra cambiar de registro, mejorando si cabe en el camino. Como no podía ser de otra forma, una vez más la editorial Valhalla es la encargada de ilustrar esta novela, con una bella edición que pone gran atención a los detalles, y cuidados regalos en sus ilustraciones que el lector irá descubriendo con el pasar de las páginas.
Menos mal que esto no termina aquí y, presumiblemente, esta peculiar historia vampírica que viene a refrescar el género con imaginativas aportaciones nuevas sin faltar el respeto a las clásicas características de estos seres, tendrá una continuación que ya me muero por leer. ¿A qué autora gótica le tocará el turno ser homenajeada esta vez?