El vínculo entre el misterioso cadáver incinerado ―encontrado en el lugar donde Haruka lleva a cabo sus prácticas― y el incendio ocurrido hace 28 años es revelado. Sin embargo, detrás de todo, otro enigma está oculto. Por otro lado, debido al suicidio de la profesora a cargo de la clase de Masato, el caso se complica y la vida del niño comienza a estar en peligro. Además, Gotou e Ishii quedan entre la espada y la pared al acudir a la oficina de la psiquiatra Anna. ¡“Sentimientos que proteger” por fin llega a su parte más interesante!
Lo que a primera vista parecía una fuga se ha ido transformando en todo un caso de usurpación y secretos.
Gracias a su tío Yakumo ha logrado averiguar parte del pasado del criminal prófugo y como es habitual en él poco a poco empieza ver la verdad del caso.
Haruka por su parte está deseosa de salvar a Masato, sobre todo cuando una profesora muere después de que el niño anunciara su muerte. Pero Masato tiene un papel importante en todo el misterio y por más que Yakumo y Haruka traten de protegerlo el niño saldrá escaldado.
Gotou e Ishii siguen investigando el caso pero confiar en la persona equivocada puede constarle la vida ambos y más cuando esa persona parece tener un peculiar interés en Yakumo.
Eliminaré la maldición que hay en ti.No tienen la idea de lo mucho que me costó hacer el resumen de este tomo. Y si, ya sé que en realidad no les digo nada pero créanme cuando les digo que lo hago por su propio bien pues si me iba un poquito de la lengua iba a arruinarles la magnífica resolución de este caso.
De verdad que yo no vi venir ni imaginé siquiera la mitad de las cosas que pasan en este tomo y me pase mi lectura mordiéndome las uñas queriendo saber y saber más y cuando llegue al final… no es de Hades ese final.
Y como en este tomo no concluye del todo el caso, acabaré aquí la reseña para en la próxima hondar un poco más sobre el caso y todos los secretos que el autor nos guardó.
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