Revista Cultura y Ocio

Reseña de “Metro 2034” de Dmitry Glukhovsky

Publicado el 14 agosto 2019 por Rous85
Reseña de “Metro 2034” de Dmitry Glukhovsky

El “Metro 2034” volvemos a la supervivencia en el metro de Moscú, pero se avanza poco en la trama de esta trilogía post-apocalíptica

“Metro 2034” es la segunda parte de la trilogía post-apocalíptica rusa escrita por Dmitry Glukhovsky basada en la supervivencia de una escasa humanidad en los subterráneos de la línea de metro moscovita tras un holocausto nuclear sucedido décadas atrás. La primera parte de esta trilogía “Metro 2033” me encantó cuando la leí hace poco, pero esta continuación baja bastante el nivel y me ha dejado un poco fría. Te lo explico todo a continuación.

Dmitry Glukhovsky (sigo teniendo serios problemas para escribir bien este nombre, así que ya he optado por copiarlo y pegarlo) vuelve al metro de Moscú un año más tarde en “Metro 2034”, pero esta vez se centra en otra línea argumental alejada de Artyom (el joven protagonista de “Metro 2033”) en la que se expone la situación por la que atraviesa la estación Sevastopolskaya, la cual lleva semanas incomunicada sin que ninguna patrulla de reconocimiento vuelva con vida para explicar el motivo. Hasta que el brigadier conocido como Hunter, a quien vimos brevemente en el primer libro, se ofrece para recorrer los túneles y lograr reanudar el contacto con el resto de estaciones anexas. A su periplo se une Homero, un hombre casi anciano cuyo afán es poner por escrito en un bloc todo lo que acontece a su alrededor para dejar alguna huella o testimonio en la dudosa memoria futura de la especie humana durante el tiempo que logre seguir sobreviviendo antes de extinguirse o cambiar para siempre como parte de una nueva evolución (o involución, según se mire) que la retraiga a la época anterior a la civilización. Por el camino se toparán con Sasha, una joven que acaba de perder a su padre, junto con el cual compartía exilio desde pequeña. Mientras que un nuevo mundo se abre para la chica, que ahora podrá conocer otras personas, lugares, costumbres y peligros, Homero se empeñará en convertirla en la musa de su novela, mientras que Hunter va sufriendo un cambio que sacará a flote su parte más oscura.

De nuevo nos encontramos con una atmósfera opresiva, deprimente, donde extrañas criaturas pululan por la oscuridad dentro del metro, en un mundo en el que salir al exterior supone casi siempre un suicidio y en el que la humanidad ha sufrido un reinicio y ha empezado a adaptarse a una realidad sin luz, sin aire apenas y casi sin esperanzas. Pero fallan cosas que hacen que esta novela se aleje de la perfección lograda en “Metro 2033”: la trama flojea mucho, las situaciones y la acción se vuelven repetitivas, el ritmo es más bien lento y los personajes a veces no se comportan de forma coherente, además de que me ha resultado difícil empatizar con ellos. Lo que más me gustó del primer libro había sido la descripción de la sociedad, con sus reglas y facciones surgidas en torno a diferentes cuestiones que ahora apenas se mencionan y mucho menos se exponen con mayor amplitud, ya que lo lógico sería que, al presentarse nuevas zonas del mapa de la línea de metro, se conociesen otras tendencias o tipos de sociedades como en la primera parte que mostraba una tribu diferente en casa estación.

Creo que he leído esta novela casi por inercia y por curiosidad por ver si se daban más detalles de los misterios que quedaban por resolver y sí que algo (aunque poco) se ha avanzado con respecto a lo que pasó en el pasado y se esboza alguna teoría sobre la posibilidad de que quede algún reducto humano en el exterior, pero no creo que sea una digna segunda parte. Eso sí, aunque me siento decepcionada con “Metro 2034” seguro que acabaré leyendo la última parte de la trilogía por si la cosa mejora y se satisfacen mis dudas. No en vano, en Rusia esta trilogía tiene mucho tirón, aunque en España pocos la conocen. A mí me la recomendaron por redes sociales y me dio mucha curiosidad, ya que la trama me parece muy original y las reflexiones que introduce suelen ser muy acertadas.

A falta de leer el tercer libro y sacar mejor una idea general del conjunto, puedo decir que, de momento, se ha desinflado mi interés por esta trilogía y no entiendo muy bien el cambio tan brusco en lo que a calidad se refiere entre el primer y el segundo libro, pero imagino que pasar por “Metro 2034” es necesario para hacerse mejor con toda la información y completar luego la lectura. ¡Ya te contaré!

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