Nunca es un thriller político en el que Ken Follett coquetea con la idea de un mundo al borde del estallido de la tercera guerra mundial. Con esta premisa, era difícil que no me llamara la atención esta publicación del escritor de uno de los libros favoritos (Los Pilares de la tierra), aunque este nuevo libro se aleja muchísimo de su best-seller, ya que, en lugar de contar el pasado, Follett inventa un presente o futuro cercano que no sería tan descabellado si nos paramos a pensarlo. Y es que, lo que se supone que nunca debería pasar, podría suceder en cualquier momento.
Antes que nada contextualizo un poco el escenario que el autor nos presenta: por un lado, en el Chad, varios agentes secretos intentan desarticular un peligroso grupo terrorista, poniendo a diario sus propias vidas en riesgo y, ¿quién les vende las armas a estos yihadistas? Ni más ni menos que China, una gran potencia que ambiciona más poder. Por su parte, Estados Unidos lucha en contra del comercio ilegal de armas, además de enfrentarse a otros problemas internos. Pero su presidenta, Pauline Green, tiene claro que, a pesar de que debido a atentados, traiciones y alianzas políticas todo conlleve a un conflicto mundial, nunca dará la orden para comenzar aquello que supondría la extinción total: una guerra nuclear. ¿Podrá evitarse esta nueva debacle?
Sin ser un libro para aplaudir de bueno, Nunca es una lectura muy interesante. La novela engancha tanto por la continua sensación de tensión que experimenta el lector en todo momento, como por los personajes y las subtramas que éstos protagonizan, dando el toque humano a una historia llena de política y luchas de poder. La idea de Follett queda muy clara: al igual que pasó en las verdaderas guerras mundiales, una mala decisión lleva a otra, un acto de violencia desencadena otro, un país se ve obligado a apoyar a su aliado y su acción, al mismo tiempo, conllevará a una nueva venganza… y así, lo que nadie quiere que ocurra nunca, acaba pasando.
Aunque el libro es muy realista, también es cierto que es discutible hasta qué punto ciertos cargos harían ciertas cosas que se retratan en Nunca, pero no hay que olvidar que sigue siendo ficción y lo narrado son especulaciones del autor. Todo podría pasar de manera diferente, pero con el mismo resultado. Sus más de 800 páginas se me han pasado volando y el final, aunque apresura demasiado lo sucedido con algunos de los protagonistas a los que se había dedicado mucho tiempo, cierra muy bien la historia. Como no estoy demasiado puesta en temas bélicos, tampoco podría decir si los procedimientos, armas, órdenes y demás parafernalia militar está bien recreada en Nunca, pero tratándose de un autor que suele documentarse muy bien, imagino que Follett no dejará este aspecto a la imaginación y todo lo que he leído responde a la realidad, aunque he visto por ahí alguna crítica al respecto.
En definitiva, una lectura recomendable si no le haces ascos a los libros tochos y tienes estómago para la tensión y la incertidumbre. Eso sí, sigo prefiriendo las novelas históricas de este hombre antes que sus thrillers. ¿Me haces caso para el siguiente, Ken?