“Soñar bajo el agua” es una historia sencilla y bonita sobre la soledad, el amor y la amistad
“Soñar bajo el agua” es un libro sencillo, sin muchas pretensiones, pero bastante entretenido de Libby Page que me llegó a través de la plataforma Edición Anticipada y que amenizó algunos trayectos de metro, dejándome con una buena sensación, aunque sin ser un libro de esos imprescindibles o para recordar con el tiempo.
No conocía a Libby Page, pero decidí darle una oportunidad a “Soñar bajo el agua” porque su sinopsis me resultó atrayente y porque en pleno verano apetece mucho leer sobre una piscina. La historia gira en torno a dos personajes: Kate, una joven periodista que trabaja en un periódico local de Brixton llena de miedos e inseguridades que un día recibe el encargo de entrevistar a la otra protagonista: Rosemary, una anciana de 86 años que ha pasado toda su vida nadando en una piscina municipal que ahora el Ayuntamiento pretende cerrar para vender a una constructora que quiere convertir el terreno en un gimnasio privado. Pronto Kate descubre que la piscina lo significa todo para Rosemary y decide colaborar para evitar el cierre de la misma, consiguiendo por el camino hacer una serie de amistades y logrando poco a poco vencer sus miedos. El lector va conociendo gradualmente la vida de la anciana y su preciosa a la vez que humilde historia de amor con su marido, recientemente fallecido. Con una narrativa sencilla y amena, la autora va explorando en “Soñar bajo el agua” el sentimiento de soledad y vacío de algunos personajes en medio de una comunidad y la búsqueda de un denominador común de unión como es la piscina, un elemento que va cobrando cada vez más importancia para las protagonistas y otros personajes más secundarios.
No acaba de ser un libro memorable puesto que, aunque la historia me ha parecido bastante bonita y entretenida y entiendo muy bien la idea que quiere transmitir la autora, creo que le falta bastante desarrollo a los personajes, que algunas escenas o diálogos se hacen repetitivas y redundantes y que la narrativa de la historia es demasiado simplista para mi gusto personal. “Soñar bajo el agua” puede ser un libro para leer entre lecturas más densas y que puede aportar algo al lector, pero no va mucho más allá y creo que podría haber sido mejor porque la idea es buena. No he podido evitar acordarme de “Tomates verdes fritos” por el paralelismo de una mujer que entabla amistad con una anciana que le va contando su vida y que se convierte en un pilar fundamental para superar sus problemas, salvando las enormes distancias en lo que a calidad y originalidad se refiere.
En definitiva, un libro para entretenerse, pasar un rato y leer sobre la importancia que algo tan cotidiano como una piscina, por ejemplo, puede tener para algunas personas. Con respecto a su final es algo triste aunque previsible y me hace pensar que la escritora puede tener madera para escribir, pero que todavía le falta mucho desarrollo, así que puede que me aventure a leer futuras obras suyas (si es que las escribe) ya que “Soñar bajo el agua” es su debut en el mundo de la literatura.
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