Reseña de «Tres tonos de azul» de Nicolás Díez: Cotidianidad y misterio en una original novela

El libro Tres tonos de azul de Nicolás Díez me llegó a través del programa Masa Crítica de la plataforma literaria Babelio. Esta iniciativa me encanta, porque es un canal más para conocer nuevos autores y editoriales que, como ha sido el caso de la obra de Nicolás y la editorial Viento Norte, suelen sorprenderme gratamente. Esta novela, cuyo género no sabría catalogar muy bien, ha supuesto para mí una lectura muy placentera, de esas que se disfrutan ya simplemente con el hecho de estar leyendo. Además, Tres tonos de azul nos transporta a mi tierra, Andalucía, pues se desarrolla en una de mis ciudades favoritas: la bella y llena de contrastes, Granada. ¿Te apuntas a este viaje?

La historia de Tres tonos de azul arranca con Saúl, su protagonista, intentando recomponer su vida tras un doloroso y reciente divorcio. Además de aprender a volver a vivir solo, solucionar el papeleo y comprender qué es lo que profesionalmente puede llenarle ahora, este prestigioso pintor y profesor universitario se ve en la obligación de encontrar un piso de alquiler para poder abandonar su antiguo hogar conyugal y empezar de cero. Y es precisamente buscando su nueva vivienda cuando se topa con una escena grotesca que se le graba en las retinas y empieza a obsesionarle más de lo que le gustaría admitir. Por si esto fuera poco, su hasta entonces vida normal empieza a verse salpicada por una serie de misterios o sucesos inquietantes que, poco a poco, tendrá que ir encajando como parte de un puzzle lleno de secretos, extraños personajes, notas anónimas y cartas que le hablan desde el pasado. Un resurgir de las cenizas bastante movidito, cuando menos.

Como decía al principio de mi reseña, se trata de una novela que no tiene un género claro. De una manera muy original, Nicolás Díez nos presenta una historia que, para mí, habla de lo cotidiano, aderezado inteligentemente con unas dosis de intriga y misterio que hacen más atractiva la trama. El autor describe acciones del día a día como dar un paseo por una concurrida calle granadina, tomar una cena ligera, disfrutar de un buen vino, o mantener una conversación intrascendente, de una forma tan real que el lector puede sentir que está ahí, acompañando a los personajes, empatizando con ellos y, de esta forma, comprendiendo mejor sus pensamientos, reflexiones y sentimientos. Porque también hay mucha carga reflexiva y cavilaciones profundas entre las páginas de Tres tonos de azul, así como frases muy bellas y llenas de significado, que me han hecho comprender la magnitud del talento narrativo de Nicolás Díez. Por supuesto, el misterio que impregna toda la obra ayuda también a coger con más ganas el avance de esta historia que se lee con mucha facilidad, porque fluye sola, sin artificios, rellenos, ni pretensiones vacuas.

No puedo decir mucho más de este libro, para no desvelar nada importante y, porque como ya he comentado, es de esas novelas que se disfrutan mucho con su mera lectura, por lo bien escrita que está y por la complicidad que logra mantener con el lector en todo momento. Yo te recomiendo totalmente Tres tonos de azul, sobre todo si te gustan los experimentos literarios y tienes una marcada sensibilidad artística y cultural, algo que no falta tampoco aquí. Espero que lo disfrutes tanto como yo.

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