Reseña de «Una venganza mortal» de V.E. Schwab: la venganza es un plato que se sirve…YA

Una venganza mortal es la segunda parte de la historia Villanos de la autora V.E. Schwab. Aunque cuando leí el primer libro pensaba que se trataba de una trilogía, parece ser que la cosa se va a quedar en bilogía, puesto que no hay indicios de que Victoria vaya a publicar un tercer libro sobre las peripecias de los EO. Esta novela, a pesar de contar con una trama muy buena, tiene sus luces y sombras, así que te invito a que leas mi reseña si todavía estás dudando si continuar o no con la lectura de esta peculiar historia protagonizada por Eli y Victor. Eso sí, te aviso, se vienen spoilers del primer libro.

Después de que en el final de Una obsesión perversa Victor por fin lograse enfrentarse a Eli para cobrarse la venganza que llevaba gestando nada más y nada menos que toda una década, y de la muerte de Victor a manos de su enemigo precisamente, en Una venganza mortal nos encontramos de nuevo con un Victor (resucitado por la joven Sydney) que ahora arrastra una serie de secuelas que lo llevan a morir una y otra vez. Lo que parece claro es que la condición del chico como ExtraOrdinario tuvo que afectar en la manera en la que volvió a la vida, y su nuevo objetivo no será otro que el de encontrar la forma de hallar a algún EO que pueda arreglar su situación. Para ello, arrastrará a sus amigos en una frenética búsqueda por diferentes ciudades, en la cual irá dejando un reguero de cadáveres a su paso. Por su parte, Eli acaba encerrado en un complejo en el que se estudia a los EO cautivos, aunque no tardará en verse implicado en la investigación acerca de los asesinatos que se están cometiendo ahí fuera. Para rizar el rizo, entra en escena otra EO recién salida del horno: Marcella, la vengativa y ambiciosa esposa de un mafioso dispuesta a aprovechar sus increíbles nuevas cualidades para hacerse con un poder absoluto, allí donde en el pasado fue pisoteada y menospreciada. Todo un cóctel de resentimientos, odios y venganzas que promete una historia movidita, cuanto menos, y que acaba poniendo en el mismo escenario a casi todos sus protagonistas.

Pero, además de toda la acción y giros argumentales, en Una venganza mortal podremos también asomarnos un poco a la vida de Eli desde pequeño hasta sus primeros encuentros con Victor en la universidad, para entender un poco más sus motivaciones y comportamientos posteriores. Su existencia marcada por la tragedia forjará la personalidad de nuestro protagonista, la cual ahora podemos comprender mejor. La evolución de otros personajes como Victor o la pequeña Sydney, frustrada por su particular complejo de Peter Pan (ya que parece no crecer ni desarrollarse como una niña normal), resulta asimismo muy interesante en esta historia, la cual cuenta con un ritmo que llega a ser frenético en ocasiones, y algo confuso en otras. Todo esto es la parte positiva de la novela, lo que me ha hecho disfrutarla y estar enganchada a su desarrollo.

Y ahora vienen las sombras que había prometido al principio de mi reseña y de las que tiene la culpa principalmente el final. Las últimas páginas de Una venganza mortal parecen simplemente completamente precipitadas. Todo ocurre demasiado rápido, los personajes se desdibujan un poco en medio del caos y el lector puede tener la sensación de que V.E. Schwab quiere ya quitarse de encima esta historia, hasta el momento bastante cuidada, acelerando los acontecimientos. Si bien, tras el clímax de la trama todavía quedan capítulos acerca de lo que ha sido de algunos personajes con atisbos de sus posibles futuros pasos, todo apunta a que la cosa acaba aquí, ya que no he sido capaz de encontrar ninguna información que afirme que la escritora tiene intención de continuar con Villanos. Personalmente, esto me decepciona profundamente y me quita las ganas de adentrarme en otras trilogías o sagas todavía inacabadas de la autora, llevándome además a pensar que prefiero mil veces sus libros autoconclusivos como La vida invisible de Addie LaRue (una maravilla de principio a fin), o su novela breve de tintes góticos Gallant.

De momento pues, pongo a V.E. Schwab en tela de juicio ya que, a pesar de poseer un talento innegable, considero que tiene todavía que pulir cositas para que me lance a leer toda su obra como hago con muchos escritores. El tiempo y mis impulsos lectores dirán qué pasará finalmente con Schwab y los huecos que tendrá ocupados en mis estanterías.

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