Revista Libros
Versos Húmedos, de Miky Poche, no puede reducirse a “poesía erótica”, o podría decir: versos húmedos redime la poesía erótica frente a aquellos que la asumen con prejuicios y piensan que erotismo es lujuria no razonada o lascivia sin sentido. Yo tomé mi ejemplar y al ver el arte (dibujado por la hija de la autora) me ubiqué dentro del libro pensando “voy a ver el mundo desde sus páginas a través de la ventana que amenaza con la realidad”. ¡No me equivoqué!
Mi ejemplar está dedicado, ella me advierte “disfruta la humedad de mis versos”, pero me llamó la atención que la dedicatoria impresa en el ejemplar dice “al universo y toda creación”, al instante pensé que la obra en mis manos podría arrojar un grado profundo y humano de espiritualidad, y nuevamente acerté. Pasear a través de los laberintos de Versos Húmedos es encontrar la humanidad real, esa que solemos esconder entre la piel y la sangre, que pide a gritos libertad para volcarse en contra de la pasividad con la que hemos disfrazado nuestras alegrías; es comprender que la espiritualidad es consciencia de lo que somos, deseamos y consumimos. La obra es madura, adulta, elevada. Es un susurro de alguien que no le teme a la vida y está dispuesta a vivirla sin permitirse el egoísmo de no compartir su secreto.
Versos Húmedos desnuda nuestras apariencias hasta el punto en que las percibimos como ficción y nos preguntamos cómo hemos olvidado que somos pasión y fuerza. Nos conduce hacia el auto descubrimiento, nos seduce con un erotismo nada mágico ni ficticio, la palabra de Miky es la encarnación de lo que tal vez fuimos alguna vez y decidimos reprimir. El verdadero yo emana irremediablemente a través de la lectura…
“Quiero nombrarte hoy/Nombrar tu misterio/tu verdad/tu nombre…” (Página 20).
Son versos como ese los que me hace pensar que la autora entiende que el erotismo es también espiritualidad, es expresión de la agonía consciente, es desahogo de la búsqueda que no termina, que impulsa al ser humano a mantenerse atento y expectante. Ella mezcla la agonía con la sexualidad, elevando la sexualidad o más bien restaurándola, dándole el lugar que siempre ha debido tener, su verbo invita a despojarnos de la vergüenza que nos impide aceptarnos y contemplarnos ansiosos de placer, de vida buena, de vida grata, nos invita a desear ser dueños.
Su poesía arroja nuevos conceptos, innova y propone. También derriba para construir, desafiando las figuras establecidas como incuestionables por el tiempo…
“si así lo haces/sumisa/a tus pies me arrodillaré/y serás el único dios que adoraré…”
Me seduce su irreverencia, su pasión y elevada consciencia de sí misma, me atrae su percepción acerca de la realidad, su constante invocación a la humedad.
Versos Húmedos es una obra con personalidad, es la creación de una diosa: la diosa del erotismo. Es el reflejo de una entidad espiritual que exalta la pasión y que nos invita a mirar desde la pasión. Es mi deber invitarles a adquirir la obra y deleitarse con la humedad que emana desde la tinta erótica.