Revista Cultura y Ocio
Título: "La Caída de Madrid"Autor: Rafael ChirbesPáginas: 318COLECCIÓN Narrativas hispánicasEl día 19 de noviembre de 1975, el dictador Franco agoniza y, al compás de su agonía, se van escribiendo las reglas de un juego: el de la lucha por el poder, que por su naturaleza imprevista coloca todo acto al borde de un precipicio. A él se asoman los personajes de La caída de Madrid, y cada uno de ellos enfrenta el futuro con el grado de incertidumbre, de certeza o de frivolidad al que lo condena su pasado, en un intento de salvación (y, acaso, de traición: su reverso). Juega aquí un papel primordial, como contrapunto que sostiene una estructura narrativa compleja, la dialéctica de clases sociales, a partir de la cual se narran las vidas de personajes que se entrecruzan a través de diversas tramas que crean esa ilusión de vida a que debe aspirar toda novela. Así, el peso de los estragos del tiempo y el recuerdo de la infancia del empresario don José Ricart; el miedo del comisario Maximino Arroyo cuando contempla su futuro en el de los pides, los policías portugueses, y enloquece, al mismo tiempo, por el amor de Lina; la renuncia del profesor Chacón a una España que ya no le pertenece a su vuelta del exilio; las contradicciones del universitario Quini, debatiéndose entre su pertenencia a una clase social y sus devaneos ideológicos; la astucia y el oportunismo de Taboada, subiendo finalmente al barco que llegará a puerto; el descubrimiento de la propia fragilidad por parte del obrero Lucio, sin punta de fusil en la que apoyarse, la tarde de ese 19 de noviembre, abandonado a la intemperie como un «animal sin piel». Novela de estrategias personales, de pactos colectivos que acaban en el sumidero del egoísmo y de la traición, "La caída de Madrid" es coherente con la anterior obra de Rafael Chirbes en la medida en que plantea una vez más su rechazo a pasar la página de la historia y se muestra a favor de un detenimiento en el pasado para explicar el presente. Pero también constituye un avance en su carrera literaria, en la búsqueda de una prosa nítida, que trata de cortar esos hilos de complicidad entre el lector y la narración que, a menudo, sólo son trampas que deslumbran a quien lee y lo adormecen en un pacto culpable. Novela que organiza el pesimismo, tal y como le pedía a la literatura Walter Benjamin, "La caída de Madrid" es un ejercicio de desconfianza, una relectura necesaria de nuestro pasado más inmediato, con el afán de devolver la novela a un espacio de realidad donde no cabe lo contemplativo y, al mismo tiempo, de proponer que sólo desde el reconocimiento de la barbarie es posible volver a levantarse. Una novela excepcional, pues, en muchos sentidos, por un autor cuyo último libro, "La larga marcha", lo convirtió en uno de los novelistas indispensables de nuestro tiempo.
Opinión PersonalDescubrir a Rafael Chirbes tiene algo de privilegio. No es fácil encontrar a un compañero de trabajo o a un amigo inquieto que te descubra al fondo de la estantería, detrás del autor escandinavo de moda y bajo una pila de obras de alguien que todo el mundo conoce pero nadie ha leído, lo último de un escritor valenciano que hace de todo menos ruido. Por eso, cuando abres uno de sus libros y comienzas a avanzar por la psicología abrumadoramente real de sus personajes, con algo de vértigo porque pareces encontrarte ante un microscopio en la mente del asesino, del obrero o del poeta, te sientes orgulloso por poseer algo que casi nadie tiene en el vagón de metro. Una auténtica y casi desconocida obra de arte. Es obligación por tanto compartir con vosotros este privilegio y acercaros a una de las obras más interesantes de la literatura española de hoy en día. Tengo en mis manos La Caída de Madrid (Anagrama, 2000), una novela que gana muchos enteros cuando descubres que, aún con ese título, no está ambientada en la Guerra Civil española. Más bien se trata de la caída de España en mitad de la realidad del último tercio del Siglo XX, a punto de desprenderse de un apellido con demasiado peso: Franco. Menos de 24 horas enmarcan de principio a fin esta obra, las del 19 de noviembre de 1975. Franco agoniza en el Hospital de La Paz y España se pregunta por el futuro. Unos divididos entre la euforia de un cambio vital para el país y el miedo a la continuidad, otros envalentonados ante el peligro de ver temblar su modo de vivir y de pensar, los más imbuidos en su cotidianeidad, soñando más con la dulce rutina que con la revolución, y todos ante un abismo lleno hasta el fondo de incertidumbre. A lo largo de los veinte capítulos que componen La Caída de Madrid, los personajes van entrelazándose como la realidad de un país lleno de contrastes, pero también de puntos en común. Una sociedad atenazada por la costumbre, enriquecida por su diferencia, pero sobre todo habitada por conexiones a veces imposibles. Como una red que ante la incertidumbre del momento, viendo de cerca, muy de cerca, el inicio del futuro, no se acaba de adivinar su forma, pero que al terminar de leerse, como las páginas de este libro, observándola desde una pequeña distancia, cobra un sentido abrumador. Mérito sin duda de un escritor capaz de explicar el todo desde el profundo interior de cada una de sus partes.Escuchamos la voz de Lucio, el revolucionario impenitente que trata de poner de acuerdo su afán de cambio global con su deseo de abrazar la cotidianeidad. La de Olga, la mujer refinada, esposa de un empresario, que intenta sobrevivir en el provincianismo que no deja de observar en el Madrid de 1975. La de Quini, hijo de Olga, el joven disconforme con la clase a la que pertenece, arrinconado entre el Manifiesto Comunista y una familia agradecida por cuarenta años de dictadura. La de Marga, la joven y bella universitaria que lucha contra el sistema mientras se pregunta, casi como en un juego de poder, por los diferentes tipos de amor que podrían ofrecerle aquellos que la desean. La de Maxi, el policía impotente, anclado en otra época de imposición y sumisión, encaprichado hasta el delirio por una prostituta que representa su propio terror a perder aquello que le hace superior a los demás. Todos ellos hacen realidad La Caída de Madrid, una novela que supera en estilo y elegancia a casi todo lo que se puede encontrar en un estante dedicado a la narrativa actual y que, por desgracia, queda oculta entre modas y falsos ídolos. Por eso rescatar a Chirbes de esos oscuros, aunque cómodos rincones solitarios, es un privilegio y toda una garantía de calidad.