Hola pequeños adictos, hoy vengo por aquí con la reseña de un libro bastante especial. Su autora contactó conmigo para proponerme leerlo y tras ver la sinopsis debo decir que me llamó la atención. ¿Queréis saber más? Continuad leyendo.
Bien, os cuento un poquito de que va la historia e intento no destripar nada importante. En primer lugar, tenemos como protagonista a Derek, un chico que ha pasado por mucho en los últimos meses. Sus padres fallecieron en un accidente de coche que a él le dejó una marca en la cara. Tras esto, tuvo que ir a vivir con su tía alcoholica e inentando huir de la realidad se metió en el mundo de las drogas. En verano esto podía estar bien, pero llega la hora de volver a las clases, en las que conoce a alguién que cambiará su vida por completo.
Como véis es una historia poco común, admito que la trama es un poco simple, no tiene demasiadas cosas enrevesadas ni acciones que te dejen pensando largo y tendido sobre lo que ha hecho el personaje. Pero engancha. Engancha totalmente. Además, el hecho de que la relación principal sea LGTB me ha encantado, ¡ya es hora de que estos romances se normalicen! Me ha gustado bastante como la autora ha decidido llevar esta realción y como los personajes han ido evolucionando poco a poco.
Siguiendo con los personaje, os voy a hablar un poco sobre ellos. Empecemos con Derek y la gran cantidad de sentimientos opuestos que me ha provocado. Me explico: hay momentos en los que me ha resultado adorable y me ha dado mucha pena, toda su historia y lo que ha tenido que pasar es horrible; pero ha habido otros momentos en los que su actitud me ha resultado demasiado tediosa, entiendo que pueda estar traumatizado, dolido y enfadado, pero tiene actitudes que me han estresado