
Autor: Miguel AguerraldeFecha de Publicación 10 de MayoEditorial: Ediciones TagusPrecio: 1.99 € (Epub)Sinopsis
Richie Santoro terminó sus días en la silla eléctrica jurando venganza contra el abogado que logró su condena. Todos decían que lo que había hecho a esa niña no tenía perdón de Dios. Han pasado dos años y el entonces abogado Marcus Crane ha dejado de ejercer. Vive atormentado por la crueldad y la inmundicia con la que tuvo que lidiar al hacerse cargo del caso Santoro. Ahora que se cumple la efeméride una ola de crímenes parece cebarse con los amigos y allegados de Crane, obligado a contemplar las imágenes de cada uno de los asesinatos. Asesinatos que llevan la extraña marca de un viejo conocido...Nunca debió aceptar ese caso. Nunca debió llegar a la obsesión.

El autor, nos aprisiona en una historia, tan… ¿macabra tal vez? Según quien lo lea, pero a la vez tan adictiva que sientes que si no la terminas y descubres todo, ni tu mism@s podrás dormir en paz. Es la primera novela que leo de él y ME ENCANTO, su manera de contar las cosas, como desarrolla los personajes, los sucesos, la trama, el misterio, el terror que le implementa al libro me enamoro completamente.
Siempre los libros de misterio, suspenso y esas cosas han sido mi mayor debilidad, y al ver Despiértamente Para Verte Morir, supe que sería un libro el cual no dejaría ni a medias, ni me aburriría jamás, y me alegro de haber acertado en eso.
Este libro con sus 188 páginas nos cuenta como un asesino fue sentenciado por un crimen cometido a una niña de 8 años.
Marcus, el abogado que lo sentencio, luego de haber ganado se retira de la abogacía, refugiándose en su casa, tras las causas tan traumante que le dejó el caso Santoro, durante dos años ha vivido pesadillas, alucinaciones y un miedo que lo ha hecho alejarse de todo. Siempre recordando las últimas palabras que dijo Santoro cuando lo vio vivo.
«—¡Abogado! —gritó, pero aquella no era su voz, era como si el mismo Satanás me llamase a través de él. Los guardias intentaban arrastrarlo fuera de la sala, pero aun así los últimos ecos de sus aullidos me llegaron como una sentencia— ¡Algún día, abogado! ¡Algún día tú arderás conmigo en el infierno!»
—Despiértame Para Verte Morir.
Justo en los días que se celebra la muerte de la ejecución de Santoro, Marcus comienza a tener alucinaciones tan grandes que cree enloquecer, no sabe
Marcus presencia de la manera más extraña, masacre
Después de la muerte de Tom, Charlie y Crystal, Danny
Como bien leemos, todos, pero todos los amigos de Marcus, mueren de una manera horripilante, de la misma manera en que murió esa niña de 8 años. Eso es lo lleva a pensar a Marcus que El Chino (Santoro) ó está vivo, o cumplió su promesa y regreso desde el infierno para acabar con él. Hay puntos claves a lo largo de la historia que nos ayudara a pensar en varios candidatos, pero el final nos revelara que ninguno de ellos, era quien pensábamos… o tal vez sí.
A medida que iba leyendo, me iba interesando más y más como persona curiosa que soy, el querer saber lo que estaba pasando me estaba carcomiendo. El asesinato, la ejecución, la visiones de Marcus, el bendito televisor, los gritos, las risas, cada una de esas cosas fueron las que mantuvieron las ganas en mi de llegar hasta el final.
Ya que menciono el final, la verdad no me decepciono, pero también me dejo como un poco enredada, confusa, tuve que releerme los últimos 6 párrafos para convencerme y decir, Si Yolit, el es él culpable de todos, está completamente loco, no cambies de opinión, es él, es él, es él, es él, es él… Ok, la verdad es que estoy por escribirle a Miguel Aguerralde y decirle que me explique ese final xD Ósea, será o no será… o.O
Quisiera poder decir otras cosas más sobre lo que me ha parecido la historia, pero no podría escribir ni un párrafo más sin contar el final y arruinarle el libro para quienes aun no han leído.
Solo les diré que tras la muerte de Charlie, recordé una frase que leí al comienzo del libro, en la nota de autor, y que con ayuda a la portada y sinopsis, me termino de convencer de leérmelo.
«Me desperté gritando. Eso sí lo recuerdo.Y en mi pesadilla tenía las manos manchadas de sangre.»
—Despiértame Para Verte Morir.


