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Reseña "Diábolica" de Jo Beverley

Publicado el 09 diciembre 2014 por Yolindaca @Aeternalecturas

Título: Diabólica
Autor/a: Jo Beverley
Editorial: Titania
Sinopsis
Es la historia de Bey Malloren, el poderoso Marqués de Rothgar, figura de confianza del Rey, quién ha decidido no casarse nunca ni tener hijos por un trauma personal. Diana, Condesa de Arradale, que heredó uno de los pocos títulos que pueden ser heredados por una mujer, es poderosa e independiente y no desea casarse para no someter a un marido lo que es suyo por derecho propio. Ella ha pedido al rey permiso para ocupar el escaño que le corresponde en el Parlamento como condesa y participar con el resto de los nobles, pero al rey no le parece tan buena idea una mujer en el Parlamento y cree que la mejor solución es conseguirle un esposo. Aquí vuelven a cruzarse las vidas de Diana y Bey, que ahora están relacionados por el matrimonio de parientes y la atracción entre ambos se vuelve más explosiva, mientras grandes peligros los acechan.


Opinión personalCogí este libro con muchas ganas porque hacía tiempo que no leía una novela del género histórico-romántica y ya me apetecía mucho sumergirme en uno de mis géneros favoritos. Es el primero que leo de la autora Jo Beverley, muy reconocida en este género. Hacía tiempo que quería leer también algo de esta autora y aunque me ha gustado mucho, creo que es posible que no sea uno de los mejores que tiene (tanto por comentarios que he visto referidos a éste y otros de sus libros -puesto que hablan mejor de otros- tanto como la nota que de mí se merece: ni fú ni fa)Bueno para situarnos un poco; la novela empieza con la boda de Bright, el hermano de Bey Malloren. La celebración tiene lugar en los dominios de Diana o Lady Arradale. Este es el primer encuentro que vemos entre Bey y Diana, aunque después se nos va contando a través de flashback que ya se conocían de antes y algunos recuerdos de ambos. La historia continúa cuando el rey invita a Diana a pasar unos días en sus aposentos y conseguirle un esposo que cumpla las tareas que de mano de una mujer están mal vistas puesto que ella había pedido un escaño en el parlamento y al rey no le parece buena idea.

Así, los dos emprenden un viaje juntos. Diana no es una mujer cualquiera doblegada a las exigencias de la sociedad de aquel momento, por el contrario, quiere conservar su independencia y poder. Bey, por su parte, también anhela la vida de soltería puesto que su madre enloqueció y teme llevarlo en los genes. Así, arranca la historia. 

La historia está bien ambientada en pleno conflicto y reciente paz firmada entre Inglaterra y Francia aunque con tensiones todavía latentes, aunque es solo un velo envolvente a la verdadera  historia que es la de amor. A pesar de que me encantan los detalles de época (vestidos, modales, formas de hablar...) he encontrado poco en este libro. 

Los personajes, he de decir, que me han parecido un poco planos. Cada uno cumple su función (bueno, malo, etc). Básicamente ninguno de ellos me ha sorprendido en este aspecto. Sólo los personajes protagonistas cambian aunque de una manera más veloz que progresivamente, quizá poco creíble. 

El lenguaje es sencillo y el ritmo continuado. Se lee casi del tirón y se me hizo fácil envolverme en la historia que como ya he dicho, a pesar de esos fallos, me gustó bastante. Quizá con otros matices y algún giro de tuerca, la historia se hubiera vuelto mucho más interesante pues apenas ocurren cosas fuera de lo que te esperas. 

El final, al igual que lo demás, era muy previsible y simplón. No digo mucho más por no desvelar aunque casi casi ya os lo podéis imaginar con lo que he ido comentando. 

En conclusión, es una historia entretenida y fácil de leer pero que se pierde un poco en cuanto a tramas y profundidad de los personajes. 



"Uno no debía dar muestras de temor, ni tan siquiera de preocupación, por la seguridad personal. Rara vez lo hacía en privado. Y en público, jamás."Si no, como sucede en el mundo animal, eres rechazado" pensó.


Diana contrajo los hombros con un gesto nervioso y, para contrarrestar aquel ademán, se sentó con la espalda aún más recta. Pensó que esa era la situación más íntima en la que se habían encontrado: sentados próximos, inevitablemente cara a cara.-¿Y qué apostamos, milord? -preguntó, abriendo en abanico sus cartas para evaluarlas.-Amor.


Tal vez fuera útil permitirle que sondeara. Le conocía mejor que nadie, y como cirujana del alma tenía cierta destreza.-¿Es una atracción del espíritu? -preguntó-No diría eso.Ella le observó.-¿Se desmorona por fin tu determinación, Bey?-En absoluto.-Lástima.Ya habían hablado antes de aquello, por supuesto, y con ella no reaccionaba con perspicacia.-¿Es la autoindulgencia ahora una virtud?-La flexibilidad lo es. A veces, incluso retirarse es prudente. -Solo para combatir otro día.A veces se firma la paz.-¿Tras una retirada? ¿Una paz con grandes concesiones y pérdidas?Ella vació la copa.-¿Quién es tu enemigo?-En esto, la locura.-Luchas contra un fantasma.-No. 

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