Reseña | Dos copas y una noche, Ana Álvarez

VUELVE ANA ÁLVAREZ PARA LLEGAR AL CORAZÓN DE TODOS SUS LECTORES CON ESTA HISTORIA LLENA DE AMOR, PASIÓN Y MUCHA, MUCHA ATRACCIÓN.
¿TÉ O CAFÉ?
¿QUÉ PREFIERE LA MISTERIOSA MUJER QUE CRISTIAN NO HA PODIDO OLVIDAR?
LAS CÁMARAS BIFOCALES CREAN IMÁGENES IGUALES, PERO NO IDÉNTICAS. ¿POR QUÉ NO SUPO VERLO?

Bajo nombres falsos, Cristian y Lorena se conocen en un bar de hotel. La atracción que surge entre ellos, a la que ninguno se puede resistir, les hará vivir una noche de pasión que ninguno olvidará.

Se reencuentran años después, con sus verdaderas identidades, él fotógrafo, ella restauradora de arte, para comprobar que la química del pasado sigue existiendo. Pero Lorena tiene pareja y para evitar la tentación pide a su hermana gemela que la suplante en determinados momentos y haga alejarse a Cristian de su vida.

Este, que ignora que son dos, va de una a otra completamente descolocado. Cuando comprende la verdad, el enfado de saberse engañado le hace tomar medidas drásticas que cambiarán la vida de todos.

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La lectura que os traigo hoy reseñada es el comienzo de la bilogía de Ana Álvarez , novelas autoconclusivas que nos van a traer las sorprendentes vivencias de las hermanas Rivera con los hermanos Valero, cuatro personajes que han sabido ganarse todo mi afecto y mi completa devoción. De esta forma, el primer libro, Dos copas y una noche , es el inicio de todo, momento en el que sus vidas se cruzan y los líos y alocados acontecimientos dan lugar a que sus mundos se enreden para no separarse nunca más, una trama que llegará al corazón de los lectores tal y como ha llegado al mío, dejándome ansiosa y desesperada por leer la segunda entrega titulada Dos cafés y una aventura, un romance que si es como el primero va a ser explosivo y completamente inolvidable.

Con lo cual, la obra da comienzo con el fortuito encuentro de Lorena Rivera con un interesante y atractivo hombre que despierta su lado salvaje y desinhibido dejándola libre de las ataduras que día tras día se empeña en imponerse. Sin embargo, tras un nombre falso y pasar una memorable noche de sexo apasionado desaparece de la vida de su misterioso amante, un secreto que no piensa mencionar a nadie, ni siquiera a su gemela Mónica con la que comparte toda clase de confidencias, pues desea enterrar en lo más profundo de su corazón todo lo acontecido, olvidando los fuertes sentimientos descubiertos hacia un completo desconocido que está segura no volverá a ver. No obstante, dos años después el destino va a querer que todo salga a la luz ofreciéndole nuevamente la oportunidad de ser feliz al lado del único hombre que ha sabido amarla como se merece.

Por su parte, Cristian Valero , fotógrafo de profesión y de corazón, hace años conoció a la mujer de su vida, solo necesitó una copa y una noche para descubrir a su alma gemela, un hermoso ser que atrapó su corazón grabándose a fuego en su recuerdo. Sin embargo, lo mismo que llegó se fue, sin dejar un nombre o una dirección, nada quedó tras su marcha, solo un corazón vacío y triste que aún recuerda su olor y su tacto. De esta forma, después del tiempo transcurrido no espera volver a encontrarse con ella, no obstante, la rueda del destino lo va a llevar a toparse con ella por segunda vez, un hecho que no piensa desaprovechar y aunque ella niegue conocerlo no va a desistir en su conquista y en su periplo hasta el corazón de la joven.

Así pues, Cristian fotógrafo y Lorena restauradora van a reencontrarse, pero esta vez laboralmente, lo que los obligará a compartir tensos momentos que podrían destruir la vida que Lorena tiene ahora, pues aunque rechace lo que vivió esa noche junto a Cristian y piense que tiene lo mismo junto a su novio Ernesto, éste no despierta en ella las mismas emociones, un problema con mayúscula que la obligará a trazar un plan descabellado que inmiscuirá de lleno a su gemela Mónica, una mujer igual de hermosa que ella, idéntica físicamente, pero que nada tienen que ver en carácter y gustos, una locura que complicará la vida de este par de hermanas, pero principalmente la de Cristian llevándolas a mentirle descaradamente y a manipularlo con el claro fin de ahuyentarlo y alejarlo de la vida que Lorena a alzado a su alrededor. Asimismo, los secretos son peligrosos y el juego que nuestra heroína está llevando a cabo tarde o temprano va a explotarle en la cara, sobre todo una vez Cristian lo descubra, precipitándose todo y destruyendo el futuro de Lorena al lado de su verdadero amor, pero ante todo el corazón de éste, un hombre herido en su orgullo que se verá empujado a alejarse del engaño perpetrado contra él, conduciéndolo a tomar drásticas decisiones que solo el tiempo podrá arreglar.

Ana Álvarez nos presenta en esta novela a Lorena y Cristian, protagonistas de esta primera parte, donde también vamos a conocer a Mónica y César, héroes del segundo libro, una pareja indispensable en esta obra pues ambos tendrán gran parte de protagonismo en todo lo que va a ocurrir, introduciéndonos la suya propia poco a poco. Sin embargo, quienes van a hacernos suspirar y nos encogerán el corazón serán Lorena y Cristian, siendo ellos mismos quienes compliquen su posibilidad de estar juntos. Así pues, su primer encuentro los hará conectar, pero el miedo a lo experimentado los separará, repitiéndose años después, viendo más que un avance un retroceso en la madurez de ambos, pues aunque el lío lo arma nuestra heroína el desenlace nos muestra la inmadurez de los dos, lo que desembocará en un gran giro argumental que nos guiará a conocer una nueva senda en sus vidas, enfrentándose por lo tanto a uno de sus mayores retos que los obligará a escuchar a sus corazones. De esta forma, la lectura nos acompañará a vivir situaciones estresantes llenas de confusión por parte de Cristian, desvelando a su vez los verdaderos sentimientos que éste despierta en Lorena, avivando sus miedos más profundos que precipitará su destino y el apocalipsis en su mundo. Con lo cual, nuestra protagonista se equivocará y madurará durante toda la novela al igual que nuestro dulce fotógrafo, un personaje que aprenderá a perdonar, a amar sin condiciones y a luchar por lo que quiere. Por otro lado, Mónica también será un personaje importante en la obra, apoyará y ayudará a su hermana en todo momento sin importar las consecuencias de sus actos, algo que la acosará y la hará cambiar, asimismo, será un pilar en la vida de su gemela guiándola cuando flaqueé en el camino elegido, además de todo lo ya dicho nos aportará breves pinceladas de como es en realidad y de lo que va a suponer leer su libro, desvelándonos fogosos pensamientos hacia César, el otro Valero de la historia, un hombre divertido, calmado, capaz de estar siempre dispuesto a ayudar sin importar el mañana, un secundario que me encantó al igual que Mónica por lo que estoy deseosa de conocer su propia novela, segunda entrega de esta bilogía. Igualmente, destacar el despliegue emocional encontrado entre sus páginas, durante la lectura nos vamos a enamorar, eso es algo seguro, pero también sufriremos con ellos pues su romance es pura pasión y sentimientos, resultando imposible no empatizar con todo lo vivido por nuestra pareja protagonista, dos enamorados cuya historia se asentará con el tiempo, dejando que su amor avance poco a poco siendo imposible romperlo tras dar el gran salto. Finalmente, solo puedo deciros que para ser mi primer libro de la autora, la experiencia ha sido sublime dejándome muy satisfecha con su pluma, su estilo y narración, más aún, me ha conquistado y estoy ansiosa por volver a leer su fresca, dinámica y cuidada prosa, una novelista que hace fácil leer y enamorarse tanto de la trama como de los personajes, por lo que os animo a leer esta obra que tantos buenos momentos os va a reportar, ya que pocas escritoras saben cómo atar al lector a sus hojas y Ana lo hace de maravilla.

Dos copas y una noche de Ana Álvarez es la historia de Lorena y Cristian, dos desconocidos unidos por una noche de pasión, dos amantes que aprenderán a amar y a perdonar, dando paso a una vida llena de dicha y grandes recompensas que complementarán los sentimientos que surgieron nada más conocerse, algo que ni ellos mismos fueron capaces de ver tras ese primer encuentro.