Reseña: El castillo ambulante

Título: El castillo ambulante
Autora: Diana Wynne Jones
Editorial: Berenice
Número de páginas: 352
ISBN: 9788496756397
Precio: 17 €
Puntuación: 9
En el país de Ingary, donde las botas de siete leguas y las capas de invisibilidad existen de verdad, Sophie Hatter ha atraído la desagradable atención de la Bruja del Páramo, quién la hechiza con un maleficio que la convierte en una anciana. Con la determinación de hacer lo adecuado, Sophie viaja al único lugar en el que cree que podrá encontrar ayuda, el castillo ambulante que merodea por las colinas cercanas. Pero el castillo pertenece al temible Mago Howl, que se alimenta, según dicen, de los corazones de jóvenes desprevenidas.
Desde que vi la película y me enteré de que había un libro he querido hacerme con El castillo ambulante, y más aún viendo esa portada tan preciosa. A pesar de haber visto la película, es un libro que me ha enganchado, me ha sorprendido, y que he disfrutado más que su adaptación cinematográfica. 
El libro nos narra la historia de Sophie Hatter, la mayor de tres hermanas y que vive con la convicción de que por el hecho de ser la mayor, su vida está condenada a la mediocridad y al fracaso. Sophie sufre un maleficio que la convierte en una vieja, y para intentar librarse de él, acude al castillo de Howl, a pesar de todos los rumores temibles que pululan sobre él. Desde el primer momento se nota que El castillo ambulante está lleno de magia. Se ambienta en un mundo totalmente nuevo, donde podemos encontrarnos magos, carruajes tirados por caballos, automóviles o televisiones, dependiendo de la región en la que te encuentres. Tampoco se indaga demasiado en este mundo ni la autora se esfuerza por explicarnos sus reglas, sino que el lector se ve sumergido en esta nueva realidad y se tiene que acostumbrar a ella. 
De todas formas, no es un libro en el que se eche en falta una explicación sobre este nuevo mundo. Está narrado con un tono que se asemeja mucho al de los cuentos y por lo tanto, es fácil creerse cualquier cosa que te cuenten, desde puertas que llevan a varios sitios al mismo tiempo, hasta capas capaces de transformarte en otras personas. La fantasía es desbordante, se mezcla con el humor, y se introduce como algo totalmente cotidiano. El ritmo es muy ágil y engancha desde el principio, de hecho, lo he devorado, ha sido ponerme a leer y ya no he podido soltarlo hasta haberlo terminado.
En cuanto a la trama, la verdad es que no sabría decir exactamente de qué va este libro, pero es totalmente original. Digamos que no hay un conflicto claro hasta bien entrada la historia. Bien podría ser la maldición que sufre Sophie, o el misterioso contrato que une a Calcifer y a Howl, o la Bruja de Páramo, que no para de acosar a Howl.
Cuando vi la película, aunque me gustó, al final me quedé un poco como... ¿qué acaba de pasar aquí? No me disgustó, pero a veces me parecía que no tenía mucho sentido. Me alegra decir que leyendo el libro la trama me ha parecido más clara y no me ha dado en ningún momento la sensación de no saber a dónde quiere ir a parar la autora, como me pasó alguna vez con la película. También puede ser que como ya sabía más o menos lo que me iba a encontrar, me había hecho a la idea de que la historia en sí era más bien rarita. Por otro lado, el libro y la película tienen bastantes diferencias, sobre todo al final, lo que contribuyó a mantener mi interés en la historia. 
Todos los personajes me han encantado. A pesar de que el libro no tiene muchas páginas, llegamos a conocerlos bastante bien a todos ellos. Sophie me ha gustado mucho como protagonista, con esa falta de confianza en sí misma por una parte, y por otra siempre hiperactiva, sin poder estarse quieta, liando las cosas. Howl es un personaje muy complicado, cobarde, egoísta, caprichoso y a veces con actitudes de niño de tres años, pero al final resulta imposible no cogerle cariño. Calcifer, Michael o las hermanas de Sophie, a pesar de ser más secundarios, tampoco se quedan atrás. Sin duda, de lo que no cojea este libro es de personajes.
El castillo ambulante es un libro lleno de magia, narrado un poco al estilo de los cuentos algo más infantiles, con una historia algo rara y con un argumento un tanto difuso, pero que no decepciona. Cuenta con unos personajes maravillosos y engancha desde el momento uno. Hacía tiempo que no tenía una lectura tan original y que me enganchara tanto.