Esta es una historia de amor, de sueños y de vida.
La de Valentina. La chica que no sabía que tenía el mundo a sus pies, la que creció y empezó a pensar en imposibles. La que cazaba estrellas, la que anhelaba más, la que tropezó con él. Con Gabriel. El chico que dibujaba constelaciones, el valiente e idealista, el que confió en las palabras «para siempre», y creó los pilares que terminaron sosteniendo el pasado, el ahora, lo que fueron y los recuerdos que se convertirán en polvo.
Hace ya tres semanas que terminé de leer esta novela y ahora es cuando me animo a hablaros de ella 😋 Como bien sabéis, hasta la fecha he leído dos novelas de la autora, una la disfruté muchísimo (El día que dejó de nevar en Alaska) y otra me decepcionó lo que no está escrito (Nosotros en la luna), así que con «El chico que dibujaba constelaciones» tenía claro que iría con pies de plomo porque solo había leído buenísimas opiniones, ¡y menuda sorpresa la mía! Esta historia duró poquísimo entre mis manos y me gustó mucho. En este caso, las expectativas se cumplieron y parece que tuvimos muy buen ojo para elegir lectura conjunta en el club 😍
La novela se nos presenta narrada en primera persona desde el punto de vista de Valentina, una joven que trabaja en una casa particular cuidando a un niño y haciendo las tareas del hogar, y un día cualquiera conoce por casualidad a un chico, Gabriel. Él trabaja en el taller de tapicería de su padre, aunque también estudia. Y a partir de entonces, empiezan a conocerse y entre ambos empieza a forjarse una bonita relación de amistad que poco a poco va derivando en algo más.Los personajes secundarios que aparecen en la novela no son nada numerosos, sino todo lo contrario, y en todo caso me gustaría destacar a Aurelio(padre de Gabriel), los padres de Valentina y Clara(amiga de ésta). Me he dejado unos cuantos nombres atrás adrede, que no quiero hacer spoilers de ningún tipo, y aun no siendo personajes demasiado relevantes, porque está claro que Valentina y Gabriel son los auténticos protagonistas de esta historia, lo cierto es que he podido conocerles lo suficiente y tampoco he echado en falta una mayor profundización.
¿Y qué decir de Valentina y Gabriel? Es cierto que no me han conquistado tanto como a otros lectores y que al principio no me convencían demasiado según qué actitudes o situaciones supuestamente perfectas, pero poco a poco se fueron ganando su hueco, y es que me parecieron unos personajes muy humanos, cercanos y realistas, además de valientes y luchadores.
«Tiempo después llegué a pensar que fue cosa de magia. Que, aquel día, cuando pasé por tu lado en esa calle, alguien nos lanzó un hilo invisible que nos conectó a los dos y nos mantuvo sujetos con fuerza».
Pero (porque tenía que haber un "pero") reconozco que me hubiese gustado saber más de ellos y no tanto de su familia, trabajo u otros ámbitos. Obviamente, esto es algo personal y aun así pude conocerles muy bien, pero me faltó algo para que me pareciesen más redondos, mejor pulidos 😌 Están bien trabajados, eso es cierto, pero me hubiese gustado saber más de Valentina y de Gabriel para haber podido empatizar más con ellos.
La trama, por su parte, la disfruté de principio a fin, y ya desde las primeras páginas consiguió engancharme, quizá por la forma en que está escrita. La novela se encuentra dividida en partes cuyos títulos se corresponden con décadas, empezando por los sesenta, por lo que básicamente la trama abarca gran parte de la vida de nuestros protagonistas, y lo primero que me gustaría destacar sería lo mucho que me gustó ser partícipe de la evolución de Valentina y de Gabriel, del paso del tiempo, de sus idas y venidas, problemas personales, baches y obstáculos, y lo que todos los cambios a los que tuvieron que enfrentarse supusieron para ellos como pareja y como familia.«Me dijiste una vez que pensabas que la vida eran instantes, fotografías que se quedan en nuestra memoria, palabras sueltas que nos guardamos incluso sin saber por qué».
Porque es cierto que la trama invita a reflexionar sobre temas tan cotidianos como pueden ser la familia, el paso del tiempo, las segundas oportunidades, la vida y el amor, lo que realmente queremos... Y otro aspecto a destacar sería la ambientación, que como acabo de mencionar, nos transporta a la Valencia de los años sesenta y hasta principios de siglo. Quizá de primeras no me convenciese tanto el recorrido tan superficial que se hace por momentos clave de nuestra historia porque esperaba una mejor contextualización aprovechando que viajaba al pasado, pero comentando la novela con las chicas de la lectura conjunta entendí que no era necesario sumergirse en detalles que aportarían tan poco como nada a la novela porque la trama principal era la historia de Valentina y Gabriel, y nada más 😊
También eché en falta una mayor profundización en lo que a hechos se refiere, no lo niego, al menos en el sentido de que me hubiese gustado que Valentina se extendiera más contando alguna que otra anécdota o hecho importante, o que no pasase rápidamente de un tema a otro. Pero esto llega a ser comprensible al llegar a los últimos capítulos, e incluso por lo que en realidad intenta transmitir Valentina al contarnos su historia. Vamos, que no me hubiese importado que la novela tuviese bastantes más páginas.
En general, la trama está muy bien trabajada y pulida, aunque me pareció un tanto predecible, pero está bien ambientada y viene cargada de emociones y sentimientos que a mí me transmitieron, y mucho, desde la primera página.La pluma de la autora me gustó muchísimo. Reconocí a la Alice Kellen que descubrí por primera vez en «El día que dejó de nevar en Alaska» y me reencontré con ese estilo tan bonito pero sencillo, descriptivo, directo y en ocasiones metafórico que tanto me gustó entonces. Sigo destacando su capacidad para transmitir emociones y sentimientos, haciendo que el lector sienta lo mismo que sus personajes.Si a todo esto le añadimos que los capítulos son muy cortos (algunos incluso de media o una página) y que la novela en sí también lo es (apenas doscientas cuarenta y cinco páginas), no me extraña que me durase tan poco y el ritmo de lectura se me hiciese tan ameno y ágil aunque apenas hubiese diálogo. La novela me pareció muy adictiva y entretenida y en ningún momento me aburrió 🙈
Y ya, para terminar, comentar que el final... Todo iba bien hasta que llegó el epílogo, que me dejó de capa caída, pero me gustó muchísimo. «El chico que dibujaba constelaciones» llegó en el momento perfecto y resultó ser una novela perfecta para mí, muy de mi estilo. No me cabe duda de que seguiré leyendo a la autora, que aún tiene novelas que me llaman la atención, y os animo muy mucho a que leáis esta preciosa novela. Yo leí su edición autopublicada, de ahí que ponga la portada antigua, pero me consta que la nueva edición que ha sacado Planeta tiene el mismo contenido que esta, así que espero que os animéis a darle una oportunidad.
4/5Y vosotros, ¿habéis leído esta novela? ¿Os gustaría leerla?Contadme :)¡Nos leemos en la próxima entrada!