Hannah es una joven amish de Pensilvania; vive en un entorno rural, aislado y rígido, que aún hoy sigue las normas y códigos del siglo XVII. El mismo día en que cumple dieciséis años, y por vez primera en décadas, se permite la entrada de un forastero, Daniel, un joven que acaba de llegar de Seattle para hacer un reportaje fotográfico a los amish. Hannah enseguida siente algo por él, y Daniel se enamora de ella al instante. Inician una relación que rompe todos los códigos de la comunidad. Cuando la familia de ella se entera, prohibe que se sigan viendo y Daniel es expulsado del pueblo. Pero Hannah decide escaparse e ir a buscarlo a Nueva York, donde se enfrentará a un nuevo mundo, vivirá toda clase de peligros y aprenderá lecciones que nunca olvidará.
Le tenía muchas ganas a este libro por la sinopsis. La
portada me gustaba, pero no llegaba a cuajarme, y aunque no había leído nada de
la autora hasta ahora y tenía especial
interés en probar sus historias.
Tengo que decir que la trama me ha encantado. El amor ocupa
¾ de sus páginas, y aunque las primeras 100 hojas se me hacían un poco lentas y
pesadas, después el ritmo de la lectura aumentó hasta no poder parar.
He tenido un gran problema con el principio del
libro. Empieza contando la vida de Hahhah en su cultura amish; y creo que ése
ha sido el punto que ha hecho un poco más aburrido el principio.
Pasadas las 100 hojas, creo que la protagonista va cambiando
un poco su modo de ver las cosas, y eso ha ayudado a que me guste cada vez más
y más el libro.
Un punto que no me ha gustado en la novela es el amor. Es un
flechazo que va increíblemente rápido. El segundo día que se ven ya están ambos
enamorados y dispuestos a renunciar a lo que más quieren para estar juntos.
Al leer esto me he quedado como: ¿QUÉ?
Creo que una película de ovnis casándose habría resultado más real (en ése aspecto).
No es bueno aferrarse a nada. Ni a las personas, ni a las cosas. Ni siquiera a uno mismo.Es prácticamente imposible que una chica amish, que por cultura no se puede relacionar con ningún extranjero y que encima es simple y sólo les permite estar con una persona a lo largo de su vida se enamore de un extranjero, que en dos días ya le demuestre su amor y que no haga nada para intentar renunciar a lo que siente y vivir como su cultura le indica.
Justo cuando la oruga pensaba que el mundo se acababa, se convirtió en mariposa.Creo que es el punto más “malo” de la novela, porque una novela realista la convierte en algo que se sabe que no pasará ni siquiera entre personas con culturas como la nuestra, por ejemplo. A lo largo de la trama el amor se va desarrolando más y le da un toque más creíble a la novela.
Quitando esto, todo son puntos positivos los que les puedo dar esta novela: tiene unas frases increíbles. Y es que al inicio de cada capítulo te pone un proverbio amish y de los 40 que hay (o por ahí), le he puesto pósits 23. Además, también hay reflexiones a lo largo de la prosa que vale la pena recordar (y que mis pósits siempre estarán ahí para recordármelas).
Una persona sólo es culpable de no amr lo suficiente.Además, es un libro que se lee en menos de una semana. Incluso me atrevería a decir cinco días. Es más, yo me he leído la mitad de la historia en una noche. Los personajes están muy bien perfilados, creo que Hannah ha sido un personaje clave al que he entendido en todo momento. Los demás personajes principales también son consistentes y están muy bien perfilados. La autora ha conseguido que quiera con locura a algunos personajes y odie con todas mis fuerzas a otros, cosa que agradezco, porque quiere decir que ha conseguido darle tanta vida a los personajes que hasta parecen reales.
Y el final. El final me ha encantado. Creo que Hannah ha conseguido encontrar la autoridad que buscaba en todo el libro, y al encontrarla me he sentido orgullosa de Hannah. Sí, qué queréis que os diga. Creo que sólo me ha pasado a mí, pero es que me he sentido tan bien al ver que Hannah al fin coge las riendas de su vida y decide sin importar lo que piensen los demás. El final me ha encantado, y aunque me esperaba el típico final simplón, Rocío ha conseguido sorprenderme una vez más.
Resumiendo, El Corazón de Hannah es una novela que te llevará hasta el mismísimo corazón de Pensilvania para adentrarte en la vida de Hannah y para que descubras todas las locuras que puede hacer por amor. Es cierto que el amor va demasiado deprisa al principio, y es lo que hace irreal la novela. Que en dos días una chica de dieciséis años se enamore de un “desconocido”, que además es extranjero. Pero aparte de eso, es una novela en la que la autora se va superando en cada hoja que leemos. Luego viajaremos a Nueva York, donde cogerá de una vez por todas las riendas de su vida y decidirá su destino en un final que para mí ha sido el mejor que se pudiera haber escrito para nuestra protagonista amish.
Después de la separación de sus padres, Irene ingresa en un internado del sur de Inglaterra, situado junto a un acantilado. Allí vivirá con mucho dolor su primer desengaño amoroso, a la vez que ganará un inesperado mentor: Peter Hugues, el profesor más estricto de la escuela, muy atractivo, que se ofrece a enseñarle la «gramática del amor» mediante el estudio de siete grandes novelas del género. Cada miércoles, Irene comentará la lectura de la semana; así, completará siete novelas de autores clásicos, como Goethe y Jane Austen y modernos, como Garcia Márquez y Murakami, de las que sacará lecciones vitales sobre el amor. Mientras la alumna se enamora poco a poco de su distante profesor, un silencioso pretendiente aspira secretamente a su corazón. Pero antes de tomar una decisión, Irene deberá aprender los siete secretos de la gramática del amor. Creo que será de mis próximas lecturas, o al menos se intentará, porque El Corazón de Hannah me ha gustado mucho y tengo altas expectativas a otro libro de la autora, y además me apetece mucho ver con qué nos sorprende esta vez. *Agradecimientos a La Galera por el envío del ejemplar