Género: Novela negra, policíaco, humor
El inspector Villanueva ha vuelto a recibir una llamada desde Sevilla: "¿Por qué me llama Jiménez? ¿Ha cantado José Manuel Poto?" "Tiene varios discos, Villanueva, pero del cante que nos interesa de Poto todavía no hay novedad, sigue en la cárcel sin decir ni media. Le llamo por otra noticia mucho peor, me temo." "¿Qué ha pasado?" "Hay otra víctima." "¿Cómo que otra víctima? ¿Otro muerto? ¿Pero con una regañá?" "No, han elegido un arma aún más peculiar. Será mejor que coja el AVE lo antes posible y lo vea usted mismo, pero tenga una cosa clara: quien quiera que haya cometido esa carnicería quería que se le relacionara con El Asesino de la Regañá."
La historia comienza con el periodista Álvaro Burguillos, personaje que ya conocimos en el libro anterior, encadenado en el centro de un círculo de ocho personas, en Matalascañas (que es de Huelva pero hay tantos sevillanos o más que en la misma Sevilla). Se trata de una venganza por haber ayudado a Villanueva en el caso de El asesino de la regañá .
Es la primera víctima de la Serva la Bari , una antiquísima hermandad que intenta que Sevilla no progrese, que se mantenga en sus tradiciones, y, según cuenta, lleva interviniendo en su historia durante siglos. Se consideran responsables de cuidar la ciudad, de mantenerla sin cambios relevantes, de ser la guardiana del decoro. Pero no son solo las grandes cosas las que les molestan, sino también otros detalles más insignificantes, aparentemente, como la venta de chufas y coco en la feria, los tipos de tapas que se sirvan o las bebidas.
Estoy deseando leer el desenlace de la trilogía y más con ese cliffhanger con el que termina.