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Reseña | El dulce beso de las mariposas, Marta Muñoz Barrero

Por Flordecereza @NovelaRomantica

Reseña | El dulce beso de las mariposas, Marta Muñoz Barrero

La vida feliz y despreocupada del incorregible seductor, Nathaniel Egoth, choca con un altercado sin precedentes que le obligará a abandonar Londres con el objetivo de ponerse a salvo de sus perseguidores y proteger así a su familia de posibles consecuencias. Con su fiel compañero Jim, se esconderá del mundo en la casa de campo de alguien con quien nunca se les ocurriría relacionarle.

A pesar de no recibir una cálida acogida por la dueña de la casa, se le permite quedarse allí, en honor a la amistad que Nathaniel guardaba con el marido de la viuda. Poco podía sospechar él que aquella decisión iba a cambiar tanto su existencia. Su reencuentro con la hija de su fallecido amigo, Celia, va a hacer que cambie su perspectiva de la vida que lleva e iniciará un camino en apariencia sin retorno al que se resistirá con todas sus fuerzas.

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Reseña | El dulce beso de las mariposas, Marta Muñoz Barrero

Tras leer hace meses El abanico japonés de Marta Muñoz Barrero descubrí una pluma sencilla y fresca que sabía arrastrar al lector a intensas aventuras, rodeadas de hermosos romances. A su vez, conocí a una gran familia, los Egoth, capaces de darlo todo por el bienestar de los suyos, dejándome completamente eclipsada por el gran despliegue de amor y bondad que éstos ofrecían. Pues bien, el díscolo y escurridizo Nathaniel Egoth ha encontrado la senda del amor en El dulce beso de las mariposas , una obra dirigida a cautivar y conquistar, regalándonos una de las historias de amor más dulces jamás halladas, una trama que nos devela el largo camino hacia este complejo sentimiento envuelto en más de una sorpresa.

Nathaniel Egoth es un seductor cuya fama va más allá de los salones de Londres. Su pasión por las mujeres lo han metido en más de un problema, pero ninguno como el que tiene actualmente entre manos, viéndose en la urgente necesidad de huir de la ciudad, herido de bala y perseguido por un padre furioso. De esta forma, y sin muchas opciones, se ve obligado a tomar distancia y esconderse en donde menos pensarían que podría estar, acudiendo así a la casa de campo de Maggie Baker, la viuda de su mejor amigo Max, una fiera mujer que no tiene mucho aprecio hacia su persona. Dicho escenario también lo hará reencontrarse con la hija de esta, Celia, una joven de gran corazón que despertará emociones desconocidos para él cambiando todo su mundo y la visión que había tenido hasta el momento de su vida.

Celia lleva años sin ver al que fue el mejor amigo de su padre, un hombre carismático que siendo solo una niña supo encandilarla y enamorarla, dejando una gran huella en ella que muchos años después aún perdura. Pese a todo, ella ya no es esa niña cautivada por una dulce mirada, es toda una mujer con un pasado a su espaldas que ha marcado sus pasos. Por lo tanto, cuando Nathaniel busca refugio intentará ayudarlo, siendo una amiga con la que poder hablar, que le ofrecerá calidez y buena disposición tras el frío recibimiento de su progenitora. No obstante, pocas damas pueden resistirse al encanto de este Egoth y cuando los problemas la acosen y solo él esté de su lado, algo olvidado empezará a florecer nuevamente.

Así pues, Celia y Nathaniel, pese a la diferencia de edad existente entre ellos, encontrarán una senda afín que los acercará y afianzará su amistad, despertando el instinto protector de Nate en muchos injustos instantes enfrentándolo incluso con la familia de la joven, un camino que con gusto ha tomado, pero que poco a poco se irá convirtiendo en algo más profundo, con emociones peligrosas para ambos. Asimismo, Nathaniel reniega de los sentimientos que Celia le provoca, hacer caso a sus deseos complicaría todo y hacerle daño es lo último que quiere, por lo que mantendrá una distancia prudencial con ella, intentando verla más como una sobrina a la que cuidar, algo que le será imposible mantener sin la ayuda de ésta. A su vez, Celia lleva años ocultando su amor por Nate, sentimientos ocultos que nunca habían salido a la luz, prohibiéndoselo también ahora que es toda una mujer, sin embargo, la dulzura de Nathaniel, lo detallista que es y la ternura que desprende romperá con su contención y poco a poco caerá en su hechizo. Por lo tanto, aunque ambos pelean contra sentimientos vetados, las circunstancias lo cambiará todo dándoles una salida para todo lo que están experimentando, enfrentándose a su vez a terceros, a miedos y a ellos mismos, en pos de una unión más allá de lo soñado, un desenlace marcado por el dulce beso de las mariposas.

Marta Muñoz Barrero supo enamorarme con la historia de su novela El abanico japonés, por lo que, cuando nos ofreció leer ésta no dude que iba a disfrutar con dicha trama, más aún si su protagonista era mi querido Nathaniel. Con lo cual, volver a leer una de sus obras ha sido todo un placer que he visto recompensado con un romance cocido a fuego lento, fruto de los detalles y de las emociones nacidas de la cercanía y el cariño, un libro que no se precipita y que vas viendo cómo va floreciendo ese amor que por diversos obstáculos tiempo atrás era algo impensable. Asimismo, durante la lectura iremos conociendo el dolor que sus héroes guardan en lo más profundo de sus corazones, escondido por miedo a la sociedad, lo que ha determinado sus destinos. Igualmente, la autora ha querido mostrar la lucha de la mujer por manejar su futuro en un mundo dirigido por hombres, donde solo ellos contaban y solo sus decisiones eran las acertadas, una cruda realidad que Celia deberá afrontar, apoyada por Nathaniel ayudándola a conseguir la libertad e independencia necesaria para manejar su vida. Con lo cual, esta novela es un claro grito hacia la libertad de la mujer, un referente para aquellas que vendrán en un futuro y que buscan no estar atadas a un padre, hermano o marido. Por lo tanto, no solo habrá amor, también encontraréis fortaleza, retos y, cómo no, celos y odio, pues no todo iba a ser buenas intenciones, esta historia vendrá acompañada de terceros deseosos del dolor ajeno, donde la maldad no tendrá límites, ofreciendo el lado más amargo a nuestra pareja protagonista obligándolos a pelear por su felicidad y por aquellos que quieren. Mismamente, a lo largo de la lectura encontraremos un reducido número de secundarios, no es una novela con un gran despliegue de personajes, pero serán suficientes para dar el juego necesario a este romance que tanto va dar que hablar. Finalmente, como siempre me gusta hacer, quiero destacar la prosa de Marta, elegante, detallada y repleta de ternura que transmite fácilmente al lector, una obra que te hace querer más y que te enamora, si aún no lo estabas, de esta impresionante familia, por lo que os animo a probar este dulce beso, pues no os va a defraudar y, por supuesto, si queréis conocer con detalle al resto de Egoth, El abanico japonés es el inicio perfecto para enamorarse de esta maravillosa familia, dos libros creados para no dejar indiferente a nadie.

El dulce beso de las mariposas de Marta Muñoz Barrero es el descubrimiento al amor, cocido a fuego lento, desvelando las alegrías y dejando atrás los miedos, un romance que nace de la amistad y que poco a poco se convierte en el único destino posible para hallar la felicidad, lejos de todo lo conocido y experimentado hasta el momento.

· Gracias a la autora por el ejemplar ·


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